Redacción / Quintana Roo Ahora
Estados Unidos.- El sureste de Estados Unidos se enfrenta a la devastadora tarea de recuperarse tras el paso del huracán Helene, una de las tormentas más poderosas y destructivas en la historia reciente del país. El sábado, las autoridades de varios estados continuaban con los esfuerzos de rescate y limpieza mientras el número de muertos seguía aumentando, con al menos 47 víctimas mortales reportadas hasta el momento. Se teme que el número de fallecidos aumente a medida que los equipos de rescate lleguen a las áreas más afectadas.
El impacto económico de Helene también está comenzando a tomar forma. Las primeras estimaciones sitúan los daños en un rango entre 95 mil millones y 110 mil millones de dólares, lo que convierte a este huracán en uno de los más costosos en la historia moderna de Estados Unidos, según informó el meteorólogo jefe Jonathan Porter de AccuWeather a la agencia Reuters. A pesar de haber sido degradada a ciclón postropical el viernes por la noche, Helene continuaba provocando intensas lluvias en varios estados, generando inundaciones masivas que amenazan la integridad de diversas presas.
“La devastación que estamos presenciando tras el huracán Helene ha sido abrumadora”, declaró el presidente Joe Biden. “Jill y yo continuamos orando por todos aquellos que han perdido a sus seres queridos y por todos los afectados por esta tormenta”. Al menos 3 millones de personas permanecen sin electricidad en cinco estados, y las autoridades advierten que podría tomar días restablecer el servicio por completo. Los cortes más graves se registran en Carolina del Sur, donde más de un millón de hogares y negocios están sin suministro eléctrico, y en Georgia, con 750 mil afectados.
Las peores lluvias se concentraron en el oeste de Carolina del Norte, donde cayeron casi 76 cm de agua en el Monte Mitchell, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS). En Atlanta, las precipitaciones alcanzaron los 33 cm, mientras que en Georgia del Sur los agricultores comienzan a evaluar los daños en las cosechas de algodón y nueces pecanas, cuyo valor asciende a más de 1,400 millones de dólares en total.
Helene golpeó inicialmente la región de Big Bend en Florida como un huracán de categoría 4, con vientos de 225 km/h, antes de avanzar hacia el norte a través de Georgia y las Carolinas. A su paso dejó un paisaje desolador: barcos volcados, árboles caídos, coches sumergidos y calles intransitables por las inundaciones. En varios estados, los bomberos y la policía llevaron a cabo miles de rescates acuáticos, salvando a más de 50 personas atrapadas en el techo de un hospital en Tennessee, mientras las autoridades emitían alertas de inundación para al menos 100 mil residentes del este de Tennessee.
El riesgo de fallos en las presas continúa siendo alto. En Tennessee, la presa Nolichucky estuvo al borde del colapso, lo que podría haber desencadenado inundaciones catastróficas. En Carolina del Norte, la presa Lake Lure también generó preocupación, aunque los funcionarios indicaron que su colapso no parecía inminente.
La magnitud de los daños en Florida se hizo evidente al amanecer del viernes. En Steinhatchee, una marejada ciclónica de hasta 3 metros desplazó casas móviles, mientras que en Treasure Island, los barcos quedaron varados en los patios de las casas. La ciudad de Tampa reportó 78 rescates acuáticos y numerosas carreteras intransitables por las inundaciones. El gobernador Ron DeSantis informó de 11 muertes en Florida y describió las áreas más afectadas como “escombros”, señalando la fuerza imparable del huracán.
Los esfuerzos de recuperación se intensifican mientras las autoridades locales y federales, lideradas por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), trabajan para evaluar la magnitud de los daños y brindar asistencia a los damnificados.