Cerró CFE sexenio con pérdida por 2 mil 277 mdp

Redacción / Quintana Roo Ahora

CDMX.- La economía mexicana enfrenta uno de sus mayores desafíos en el sector energético, con un quebranto financiero de 2,277 millones de pesos registrado en el tercer trimestre de 2024. Esta pérdida revela la complejidad de mantener la infraestructura y producción eléctrica en un país en constante crecimiento. La cifra pone sobre la mesa la sostenibilidad financiera del sector, mientras que los esfuerzos de modernización y expansión continúan bajo el liderazgo de la actual administración y con una nueva visión de largo plazo.

En este contexto, el nuevo gobierno ha decidido continuar la estrategia planteada por su predecesor. Bajo esta línea de continuidad, se proyecta la apertura de cinco plantas y centrales eléctricas de ciclo combinado para mayo de 2025. Estas instalaciones, que utilizarán gas natural como fuente principal de energía, apuntan a fortalecer la capacidad de generación eléctrica, mejorar la estabilidad del sistema y responder a la creciente demanda de energía en todo el país.

El plan del gobierno, aunque ambicioso, representa una apuesta arriesgada en términos financieros y de sostenibilidad. La inversión en plantas de ciclo combinado, a pesar de su eficiencia comparada con métodos tradicionales, sigue enfrentando el alto costo de infraestructura inicial, además de la fluctuación de los precios del gas natural. Con la economía mexicana enfrentando desafíos de deuda pública y presión en sus finanzas, surge la pregunta de si esta expansión podrá evitar futuros desbalances en el sistema económico nacional.

Sin embargo, este enfoque no está exento de críticas. Especialistas señalan que si bien el gas natural es una opción más limpia que otros combustibles fósiles, el mundo entero se encuentra en un cambio hacia energías renovables. México, en cambio, sigue comprometido a fuentes que, aunque efectivas en el corto plazo, podrían limitar las oportunidades de desarrollo de energías realmente limpias.

A medida que se acercan las fechas de operación para estas plantas, las expectativas son altas, tanto para el gobierno como para el sector privado, quienes esperan que la inversión rinda frutos a través de una red eléctrica más robusta. Sin embargo, la realidad financiera del país plantea interrogantes sobre la viabilidad de seguir apostando por modelos energéticos convencionales en medio de una crisis ambiental y financiera global.

El reto está lanzado: el sector energético mexicano deberá demostrar que es capaz de transitar con estabilidad económica mientras se adapta a un mundo donde la demanda por energías limpias es cada vez más urgente.