Redacción / Quintana Roo Ahora
Puebla.- Lo que comenzó como un gesto de buena fe terminó convirtiéndose en una pesadilla para Verónica Inés, una mujer que encontró un teléfono iPhone en Tehuacán, Puebla, y decidió devolverlo. En lugar de recibir agradecimiento, fue detenida por las autoridades, quienes la relacionaron con un caso de secuestro.
El viernes 18 de octubre, Verónica y su esposo Alejandro encontraron el celular mientras salían de la casa de sus suegros en el Fraccionamiento Santa María. Con la intención de devolverlo, Verónica publicó en sus redes sociales, Facebook y WhatsApp, indicando que lo regresaría siempre y cuando la persona pudiera comprobar que era suyo. Al día siguiente, una mujer la contactó asegurando que el teléfono pertenecía a su hijo, por lo que acordaron la entrega para el sábado 19 de octubre a las 17:00 horas.
Sin embargo, lo que parecía ser una simple devolución terminó en un operativo policial. Verónica fue detenida en su lugar de trabajo sin que su familia tuviera noticias de ella hasta la madrugada del domingo. ¿El motivo de la detención? Según las autoridades, la sábana de llamadas del teléfono encontrado mostró contactos con familiares de una víctima de secuestro, lo que llevó a la Fiscalía General del Estado de Puebla a vincularla con el caso.
El abogado de Verónica informó que, tras dos días de detención, la Fiscalía no ejerció acción penal en su contra y fue liberada el lunes 21 de octubre, cerca de las 20:00 horas. Sin embargo, su experiencia dejó una huella profunda. Según denuncias de sus familiares, Verónica fue golpeada y torturada durante su detención, y más de 20 camionetas y 50 agentes fuertemente armados participaron en su arresto, una acción desproporcionada que ha indignado a su familia y a la comunidad.
“Le violaron todos sus derechos. Rodearon casi una cuadra para detenerla y la privaron de su libertad sin permitirle realizar ninguna llamada para avisar a sus familiares”, denunció María Isabel Barbosa Pérez, familiar de Verónica, en redes sociales. Tras su liberación, una campaña en redes sociales exigió justicia para Verónica, resaltando los abusos cometidos durante su detención.
Lo que empezó como un intento de devolver un teléfono perdido se convirtió en una muestra de cómo el sistema de justicia puede fallar gravemente, dejando a una inocente atrapada en un proceso que nunca debió involucrarla.