Redacción / Quintana Roo Ahora
CANCÚN.- Cancún ha sido testigo de uno de los fraudes inmobiliarios más grandes en su historia reciente, y a pesar de las denuncias, la familia Martínez Bellos sigue operando impunemente. Armando de Jesús Martínez Bellos, ex diputado del Partido del Trabajo (PT), y su hijo, Marvin Jesús Martínez Chi, se encuentran en el ojo del huracán por la venta fraudulenta de terrenos en desarrollos inmobiliarios que nunca se materializaron, defraudando a cientos de compradores por una cifra que ronda los 200 millones de pesos. Pero el escándalo no termina ahí.
El último caso salió a la luz tras la manifestación que hicieron los afectados en la casa de Armando de Jesús, con relación al desarrollo Ciudad Varuna, por lo cual colocaron mantas y pintas afuera de su domicilio.
Sin embargo, lo que más llama la atención es la implicación de su hermana, Lorena Martínez Bellos, quien es actualmente regidora del Ayuntamiento de Benito Juárez y paradójicamente preside la Comisión de Desarrollo Urbano.
A pesar de ocupar una posición clave para velar por el desarrollo ordenado y legal de la ciudad, su vinculación familiar con este esquema de fraude arroja serias dudas sobre la ética y el control que debería ejercer. Su posición en el gobierno municipal genera suspicacias, ya que, a pesar de las denuncias y las pruebas acumuladas contra su hermano y su sobrino, no se ha visto ninguna acción contundente para frenar las actividades fraudulentas.
Armando y Marvin Martínez han continuado con su operación a través de los desarrollos Suelo Zen y Suelo Selecto Mx, cuyos lotes de terreno se ofertan abiertamente en redes sociales como Facebook. A precios que rondan los 800 mil pesos por terrenos de mil metros cuadrados, estos desarrollos parecen seguir el mismo patrón de engaño que el proyecto Ciudad Varuna, un fiasco inmobiliario que comenzó hace cuatro años en Benito Juárez. La página web globalmartinez.com sigue promocionando estos desarrollos, además de otros como Camelias Residencial y Ciudad del Bosque, a pesar de que las autoridades ya han señalado irregularidades en sus procesos de venta.
El modus operandi es alarmantemente familiar. Los compradores son seducidos con ofertas de financiamiento accesible, enganches de apenas 42 mil 500 pesos o reservas por tan sólo 2 mil 500 pesos, y mensualidades congeladas de 3 mil 500 pesos. Sin embargo, la verdadera trampa viene después, cuando los compradores descubren que los terrenos no tienen títulos de propiedad válidos o que están involucrados en litigios legales complejos.
En 2021, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) expuso el fraude detrás de Ciudad Varuna, señalando que el título de propiedad presentado a nombre de José Luis de la Fuente Pastor, supuesto socio de los Martínez Bellos, era falso.
Román Meyer, titular de la SEDATU, denunció la falsificación de documentos y la implicación de altos funcionarios para registrar fraudulentamente los terrenos en el Registro Público de la Propiedad. A pesar de estas acusaciones graves y del intento de inmovilizar el predio, los estafadores han seguido adelante con su esquema en nuevos desarrollos.
Los afectados por Ciudad Varuna han iniciado una batalla legal, luchando por recuperar su inversión y alertando a la ciudadanía sobre los riesgos de caer en estas nuevas trampas inmobiliarias. No obstante, la pregunta que queda en el aire es: ¿hasta qué punto Lorena Martínez Bellos ha permitido que este esquema continúe operando? Como cabeza de la Comisión de Desarrollo Urbano, su silencio y aparente inacción refuerzan las sospechas de colusión.
Este caso no sólo exhibe la codicia de una familia, sino también los vacíos legales y la complicidad que permiten que fraudes como este continúen impunemente. Los ojos están puestos no solo en los Martínez Bellos, sino también en las autoridades que, en vez de proteger a los ciudadanos, parecen estar protegiendo sus propios intereses.