Día de los Inocentes: un espejo de la política en Quintana Roo

Paso En Falso

El 28 de diciembre se celebra en México el Día de los Inocentes, una jornada donde las bromas y las noticias falsas están a la orden del día, con el pretexto de arrancar sonrisas y recordarnos que, al menos una vez al año, es válido reírnos de nuestra credulidad. Sin embargo, en Quintana Roo, pareciera que esta tradición ha trascendido el calendario y se ha convertido en un modo de operar para buena parte de la clase política. ¿Será que nuestros representantes se tomaron demasiado en serio la idea de “inocente palomita”?

Aquí, las promesas irrisorias no esperan al 28 de diciembre. Cada periodo electoral vemos desfilar candidatos que aseguran acabar con la corrupción, modernizar la infraestructura y transformar el destino turístico más importante del país en un paraíso sostenible. Pero, como en las bromas del Día de los Inocentes, la realidad se encarga de desmentirlos. Tras ganar la elección, los discursos grandilocuentes suelen diluirse entre pretextos y desinterés, dejando a los ciudadanos con una amarga sensación de haber sido engañados… otra vez.

La política local se asemeja demasiado a esas noticias falsas que circulan en redes sociales: atractivas, convincentes, pero sin sustancia. Las promesas de “nunca más baches”, “seguridad garantizada” o “infraestructura de primer mundo” parecen sacadas de un guion humorístico. Y aunque los ciudadanos ya no somos tan ingenuos como para creerlo todo, seguimos atrapados en un ciclo de expectativas rotas. ¿Por qué? Tal vez porque el cinismo político en Quintana Roo ha normalizado el engaño como estrategia.

Así como el Día de los Inocentes nos invita a desconfiar de todo lo que oímos, es hora de que como sociedad asumamos una actitud más crítica hacia quienes gobiernan. No podemos permitir que los políticos sigan jugando con nuestras esperanzas, como si este estado fuese una broma perpetua. Al final, no se trata de prohibir las bromas, sino de exigir que las mentiras se queden en el ámbito de la comedia y no en la vida pública.