Redacción / Quintana Roo Ahora
CDMX.- La Iglesia Católica hizo un enérgico llamado a las autoridades mexicanas para garantizar la seguridad de la población, con especial énfasis en la niñez, tras el brutal asesinato de un hombre y sus dos hijos de 9 y 12 años en Sinaloa el pasado 19 de enero. El caso, que ha conmocionado al país, es un reflejo de la violencia que sigue arrebatando el futuro de México.
En su editorial de esta semana, el semanario Desde la Fe, publicación oficial de la Arquidiócesis Primada de México, subrayó que los niños deben ser prioridad en la lucha contra la violencia: “Merecen gozar de las condiciones necesarias para vivir en alegría; requieren ambientes adecuados que les permitan alimentar la esperanza, hoy también mutilada por la violencia y los actos criminales”.
Durante la misa dominical en la Basílica de Guadalupe, dedicada a los comunicadores, el cardenal Carlos Aguiar Retes agradeció a los periodistas por su labor en la construcción de una sociedad informada. Sin embargo, también aprovechó para recordar a los comunicadores que han perdido la vida en el ejercicio de su trabajo, así como a aquellos que enfrentan amenazas o atraviesan dificultades personales.
“México necesita de su valentía y entrega, conocimientos y capacidades”, dijo el cardenal en su mensaje final, alentando a los periodistas a usar su plataforma para promover la paz y ofrecer soluciones a una sociedad cada vez más golpeada por la desesperanza.
El editorial de Desde la Fe también destacó que “los niños son el presente y el futuro de la humanidad, el alegre porvenir que todos los actores sociales estamos obligados a cuidar y proteger como nuestro más valioso tesoro”. En ese sentido, la Iglesia hizo un llamado a las autoridades para crear entornos seguros donde los menores puedan jugar, aprender y convivir sin el temor de ser víctimas de la violencia o caer en las redes de la delincuencia organizada.
Además, en un gesto poco común, la Iglesia dirigió un mensaje directo a las organizaciones criminales, instándolas a rectificar su rumbo: “Abandonen la ruta equivocada del pecado. Reflexionen sobre el sufrimiento que causan, especialmente a los niños”.
El asesinato en Sinaloa no solo es una tragedia más en las estadísticas de violencia, sino también un recordatorio del daño profundo que las familias mexicanas enfrentan. El mensaje de la Iglesia Católica resuena como un clamor urgente: la seguridad de la niñez no es negociable y debe ser el pilar de cualquier estrategia para reconstruir el tejido social del país.
Mientras las palabras de la Iglesia encuentran eco entre los feligreses, el país espera acciones concretas para que casos como el de Sinaloa no se repitan. México está obligado a garantizar que ningún niño crezca en un entorno donde la violencia sea la única herencia.