Paso En Falso
El turismo es la gallina de los huevos de oro de Quintana Roo, pero parece que algunos agentes migratorios y aduanales no se han enterado. Mientras empresarios del sector invierten millones en ferias internacionales como la Fitur y la próxima Anato para atraer al mercado sudamericano, los visitantes que llegan al Aeropuerto Internacional de Cancún siguen enfrentando malos tratos, revisiones excesivas y una actitud que deja mucho que desear.
El problema no es nuevo, pero sí urgente ya que, basta con ver redes sociales para encontrar decenas de testimonios de viajeros, especialmente sudamericanos, que denuncian prepotencia, discriminación y hasta amenazas por parte de los agentes migratorios. La experiencia en el aeropuerto, que debería ser una bienvenida cálida a un destino paradisíaco, se convierte en una prueba de resistencia ante la burocracia y el mal servicio.
Ante este escenario, la capacitación de 50 nuevos agentes aduanales en atención al turismo es un paso en la dirección correcta, pero insuficiente. Con estos elementos, apenas suman 140 agentes formados en un aeropuerto que recibe millones de pasajeros cada año. La pregunta es: ¿esto realmente solucionará el problema o es un parche más para una herida que necesita cirugía?
El daño que el mal trato en los aeropuertos genera no es menor. No solo afecta a los turistas que lo padecen, sino que también lacera los esfuerzos del sector para atraer más visitantes. Mientras Cancún y la Riviera Maya se promocionan como destinos de ensueño, en la primera interacción con el país los turistas son tratados como sospechosos o, peor aún, como una molestia.
De cara al Mundial 2026, donde Cancún será una de las principales puertas de entrada al país, la urgencia de mejorar la atención en migración y aduanas no es un capricho, sino una necesidad. La inversión en seguridad turística y en infraestructura, como el nuevo Centro de Comando y Control (C2), también es bienvenida, pero de nada servirá si la primera impresión sigue siendo la de un país hostil para quienes llegan a dejar su dinero.