Paso En Falso
Quintana Roo, tierra de sol, mar turquesa y escándalos políticos que se repiten como un mal guion. Esta vez, la protagonista es Laura Fernández Piña, quien ha recibido una inhabilitación de 20 años por abuso de funciones públicas. Un golpe que, aunque suene a justicia, es apenas la punta de un iceberg de podredumbre.
Laura ha respondido con un discurso que mezcla justificación y humanismo, apelando a la memoria más sensible: la pandemia, esa herida colectiva. Habla de su decisión de priorizar las nóminas sobre el pago al IMSS, de su compromiso con los trabajadores municipales, y de una supuesta falta de notificación legal. En su narrativa, ella es la heroína incomprendida que sacrificó su carrera por la gente. Suena bien, pero huele a estrategia.
Porque si algo hemos aprendido en Quintana Roo es que los problemas no suelen venir solos. La deuda millonaria de Puerto Morelos, los contratos inflados y las adjudicaciones sospechosas no nacen de la noche a la mañana ni se explican con un solo pasivo al IMSS. Es cierto, la pandemia golpeó fuerte, pero ¿Cómo se justifica el alza escandalosa de un contrato de alumbrado público de 42.9 millones a 381.6 millones de pesos? ¿Y el aumento de la unidad administrativa de 57.9 millones a 336 millones? Eso no fue por pagar nóminas, eso fue por pagar favores.
Además, este caso no es sólo sobre Laura Fernández. Aquí se entrelazan nombres que no debemos perder de vista: Gerardo García, dueño del Novedades de Quintana Roo, y Marco Lozano Ogman, el titiritero que quiso usarla para mover las piezas del poder estatal. No nos engañemos, este no es un escándalo aislado, es un capítulo más de la lucha entre grupos de poder que usan a los medios, las instituciones y a las personas como fichas de un tablero sucio.
¿Que Laura Fernández tiene derecho a defenderse? Por supuesto. ¿Que la justicia debe ser imparcial? Sin duda. Pero en un estado donde el cinismo político es la regla, ya no podemos conformarnos con verdades a medias o lágrimas bien ensayadas. Si el proceso fue irregular, que se investigue. Pero si se confirma que tras su discurso humanitario se esconde el saqueo, que la sanción sea ejemplar.