Paso En Falso
En Quintana Roo, la política social parece haber sido reducida a un espectáculo publicitario de bajo presupuesto, pero de alto costo para el erario. Pablo Bustamante, Secretario de Bienestar, ha convertido la entrega de apoyos en una pasarela donde él es la estrella principal. Aparentemente no hay reglas de operación claras, no hay transparencia en la asignación de recursos, pero sí hay videos bien editados circulando en redes sociales, anunciando con orgullo lo que, en cualquier otro contexto, sería lo mínimo que debe hacer un gobierno.
El ejemplo más grotesco de esta “caridad con sombrero ajeno” es la reciente entrega de un triciclo, celebrada con la pompa de quien cree estar erradicando la pobreza de un plumazo. Bustamante, presuntamente, utiliza recursos públicos para posicionar su imagen, como si la Secretaría de Bienestar fuera su agencia de marketing personal. Los programas sociales se manejan con un sesgo cromático, beneficiando a los leales y dejando en el olvido a los que no entran en la foto.
La gran pregunta es: ¿de dónde sale el dinero para pautar en redes estos actos de asistencialismo a cuentagotas? Porque lo que sí sabemos es que la publicidad en redes sociales no es gratuita y dudamos mucho que el Secretario la esté pagando de su bolsillo. Más bien, podríamos suponer que esos recursos provienen de las arcas del Estado, desviando dinero que debería servir para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y no para construirle una imagen de benefactor a un funcionario con aspiraciones electorales.
Quintana Roo no necesita entrega de triciclos documentados con cámara en mano ni benefactores de ocasión. Necesita políticas públicas estructuradas, reglas de operación claras y un gobierno que entienda que la ayuda social no es un favor ni una moneda de cambio, sino una obligación. Pero mientras sigamos permitiendo que la política se convierta en reality show, ellos seguirán manejando el presupuesto como guión de autopromoción.
La ratona, como le dicen sus amigos cercanos… Es un Kiwi, verde por dentro, Moreno por fuera. Otro actor de la corrupción estatal con patente de corzo.