Aguakán no ha muerto: la batalla por el agua apenas comienza

Paso En Falso

Cuando creíamos que Aguakán comenzaba a enterrar sus raíces putrefactas bajo la presión ciudadana y judicial, la realidad nos recuerda que los monstruos del poder no caen con facilidad. El reciente fallo del Juzgado Octavo de Distrito, que valida el decreto para retirarle la concesión, es sin duda una victoria jurídica, política y simbólica para Quintana Roo. Pero no nos engañemos: Aguakán sigue viva, atrincherada en su maquinaria legal, dispuesta a prolongar el saqueo del recurso más vital que tenemos, mientras mantiene vigente una suspensión que impide ejecutar la sentencia en su contra.

Detrás de cada gota turbia que llega a nuestros hogares y cada derrame de aguas negras que infecta nuestro entorno, hay décadas de corrupción institucionalizada. No olvidemos que esta empresa obtuvo su millonaria concesión hasta 2053 bajo el cobijo de Roberto Borge, un exgobernador hoy tras las rejas por delitos relacionados con la función pública. ¿Cuántos más se beneficiaron con ese acuerdo? ¿Dónde están los más de mil millones de pesos que Aguakán entregó como «garantía»? El silencio sobre este dinero es una herida abierta que supura impunidad. Y aunque hoy el Estado haya despertado, no basta con un decreto para sanar lo que durante años se permitió corromper.

Por eso, no es momento de bajar la guardia. Al contrario, como ciudadanía debemos alzar la voz, organizarnos y estar atentos. Porque incluso si Aguakán cae, vendrá una segunda gran prueba: que el nuevo operador, en este caso la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), esté realmente a la altura de las exigencias del pueblo quintanarroense. No podemos permitir que la salida de una empresa privada dé paso a una administración pública igual de opaca, ineficiente o negligente. El derecho al agua no admite intermedios: o se garantiza con justicia y dignidad, o se sigue violentando.

En los próximos meses, la empresa seguirá peleando en tribunales, moviendo sus hilos y recursos. Y aunque hoy celebramos una victoria parcial, la verdadera conquista será ciudadana, si permanecemos vigilantes.