Redacción / Quintana Roo Ahora
QUINTANA ROO.- En un escenario donde los números aplauden pero las calles susurran temor, Quintana Roo enfrenta una paradoja que cala hondo: aunque la Fiscalía General del Estado (FGE) presume avances importantes en la lucha contra la delincuencia, la percepción de inseguridad entre sus habitantes sigue en aumento.
En un breve pero cargado informe presentado en la conferencia de la Mesa de Seguridad, el Fiscal General Raciel López Salazar detalló que, en un año y diez meses, se logró la detención de 2 mil 589 presuntos delincuentes por delitos de alto impacto, con un impresionante 96% de vinculaciones a proceso. A ello se suma la depuración interna de la FGE, que dio de baja a 444 elementos y rotó a otros 988 en un intento serio por combatir la corrupción.
Sin embargo, como suele pasar en los relatos de justicia en México, las cifras no siempre traducen confianza. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre diciembre de 2024 y marzo de 2025, la percepción de inseguridad en Cancún subió de 74.1% a 79.5%, y en Chetumal pasó de 60.4% a 63.4%. Ambas ciudades, epicentros de vida turística y política respectivamente, superan ahora la media nacional de 61.9%.
En el combate a delitos sensibles como la trata de personas, la FGE inició 227 carpetas de investigación, detuvo a 71 tratantes y rescató a 491 víctimas, de las cuales 66 eran menores de edad. Estos esfuerzos, que incluyen 85 cateos, revelan un drama oculto que lastima especialmente a mujeres, niñas, migrantes y personas vulnerables, recordándonos que la violencia no sólo se mide en balaceras, sino también en silencios rotos.
Los éxitos no se limitan a la trata: se realizaron 567 cateos, se incautaron armas y drogas, se capturaron 72 objetivos prioritarios y se obtuvieron 924 sentencias condenatorias, algunas de hasta 200 años de prisión. Incluso se tocaron fibras sensibles en estructuras de poder local, con la detención de tres líderes sindicales de taxistas vinculados a homicidios.
No obstante, el corazón del problema late en otro lado. Aunque los homicidios dolosos disminuyeron 44% respecto al año pasado —con 124 víctimas registradas entre enero y abril de 2025, y 94% de los casos relacionados con el narcomenudeo— la percepción ciudadana no se deja seducir por las estadísticas. La mayoría de estos crímenes ocurrieron en Cancún, donde 7 de cada 10 habitantes declaran sentirse inseguros.
Municipios como Puerto Morelos, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto muestran reducciones drásticas en asesinatos, pero otras zonas como Bacalar, Isla Mujeres y Lázaro Cárdenas presentan incrementos que inquietan.
En el teatro de la vida pública, la pregunta persiste: ¿de qué sirven los números si la gente sigue sintiéndose prisionera de su miedo? Mientras las autoridades despliegan operativos y muestran cifras alentadoras, en los parques, los taxis y las colonias populares de Quintana Roo, la desconfianza se ha instalado como un huésped incómodo, difícil de desalojar.
El reto, al final, no es sólo castigar al criminal, sino recuperar la esperanza perdida en la justicia y en la vida misma.