Mario Villanueva se queda sin esperanzas

Redacción / Quintana Roo Ahora

QUINTANA ROO.- «No conozco el caso, le corresponde a la Fiscalía», sentenció Claudia Sheinbaum al ser cuestionada sobre el prometido indulto de AMLO a Mario Villanueva. Con esa declaración, la virtual presidenta cerró de un portazo las esperanzas del exgobernador quintanarroense, quien sigue esperando el perdón presidencial mientras su caso se pierde en los laberintos judiciales.

El mensaje es claro: en tiempos donde la relación con Estados Unidos está en juego y con un Donald Trump que observa cada movimiento del gobierno mexicano, nadie quiere arriesgarse a levantar polvareda con casos que huelan a corrupción del pasado. Mario Villanueva, por ahora, sigue sin un salvavidas político.

Mientras tanto, la nostalgia del poder se hizo presente en la casa del propio Villanueva Madrid, donde el primer gobernador de Quintana Roo, Jesús Martínez Ross, compartió anécdotas con políticos y comunicadores. A sus 91 años, que cumplirá el próximo 7 de mayo, Martínez Ross sigue mostrando temple y fortaleza, copa de ron con hielo en mano.

Y hablando de exgobernadores, Pedro Joaquín Coldwell también hizo acto de presencia, aunque a la distancia. En una conferencia por Zoom con políticos de Cancún, rememoró los tiempos en que Quintana Roo apenas sumaba 140 mil habitantes. Pero hoy, con una metrópoli en crecimiento exponencial y una crisis de inseguridad como el talón de Aquiles del estado, la pregunta queda en el aire: ¿Tendría Coldwell la capacidad de gobernar en esta era o se habría quedado en el pasado?

Por su parte, Miguel Borge, otro exgobernador, no dudó en lanzar sus dardos contra el gobierno de la 4T, asegurando que está «sembrando el comunismo y el socialismo en el país». En un escenario donde los exgobernadores siguen opinando pero sin poder real, queda claro que en Quintana Roo, los fantasmas del pasado político aún tienen mucho que decir.