Redacción /Quintana Roo Ahora
¡Ah, Cancún! Tierra de sol, playa… y, al parecer, de indulgencias patrióticas. Esta semana, nuestra ilustre presidenta municipal, Ana Paty Peralta, decidió engalanar la vitrina de “Méritos Ciudadanos” con la Medalla Sigfrido Paz Paredes 2025… en manos de Benjamín Salvador de la Peña Mora. Sí, ese mismo notario cuyas cuentas fueron congeladas en 2021 por la UIF y que, en 2010, avaló con solemnidad transacciones millonarias de una empresa acusada de “facturera” por el SAT. ¿Quién dijo crisis de credibilidad?
Vaya reconocimiento que premia “trayectoria ciudadana”: ¿será que, en Cancún, expediente limpio equivale a expediente con sello “se revisó y se archivó”? ¿O quizá el arte de la protocolización notarial es ahora deporte de alto rendimiento en el que un poco de controversia sólo añade sabor?
Imagino al ahora condecorado desfilando con su medalla, pensando: “Con tanto apoyo social y comentarios en redes pidiendo explicaciones, esto ya ni es un galardón, es un buffet libre de críticas”. Mientras tanto, los ciudadanos de a pie nos preguntamos: ¿estamos valorando el legado o simplemente aplaudiendo el ruido mediático que trae la polémica?
Y es que, a fin de cuentas, ¿qué pesa más en el “Mérito Ciudadano”? ¿Los años de servicios notariales con tintes grises o la capacidad de provocar titulares? ¿La honra de un nombre o la algarabía de un escándalo?
Tal vez en futuras ediciones de esta medalla se cambie la cédula de notario por un megáfono: quien dé la declaración más sorprendente —con o sin cuentas congeladas— será el próximo héroe local. Mientras tanto, en nuestra querida Cancún, queda claro que la línea entre “mérito” y “méch… érido” se difumina con cada entrega oficial. ¿A quién llamamos ciudadano ejemplar: al limpio, al polémico o al que mejor sabe hacerse notar?
Nos vemos en redes, preguntándonos si la próxima medalla será para quien haya hecho el meme más viral… o para quién logre descongelar su historial. ¡Salud por el Sigfrido Paz Paredes 2026!