¡Indignación en Playacar: atropellan a un venado y las autoridades miran hacia otro lado!

Redacción / Quintana Roo Ahora

¿Hasta cuándo permitiremos que la vida silvestre sea la víctima silenciosa de nuestra desidia? A las 19:39 horas del martes pasado, un conductor —empleado de un hotel de la zona— embistió a un venado en pleno fraccionamiento Playacar Fase 2. El animal, una especie en riesgo, fue cruelmente derribado a baja velocidad cuando cruzó por Paseo Cobá con Paseo Uxmal… ¡y nadie supo qué hacer sino envolver el asunto en un manto de burocracia y encubrimiento!

Primero, los policías de Tránsito y de Turismo llegaron para tomar nota, como si se tratara de un simple choque entre metal y metal. Después, trasladaron al venado a un centro veterinario —como si eso borrara el hecho de que un ser vivo, vulnerable y protegido según nuestras propias leyes, quedó tendido en el asfalto—. Mientras tanto, la Dirección de Medio Ambiente guarda un silencio sepulcral: no hay sanciones anunciadas, no hay multas, no hay responsabilidades claras. ¡Qué gran mensaje de tolerancia a la impunidad!

Peor aún, la administración de Playacar dijo que “se haría cargo del procedimiento” solo porque ocurrió en propiedad privada. ¿Desde cuándo la protección de la fauna depende de un deslinde de jurisdicciones? ¿Acaso el derecho de paso de un venado vale menos que el de turistas ociosos y autos de hotel? Aquí no es cuestión de propiedad: es cuestión de conservación, de respeto a la biodiversidad, de ética mínima.

Y no olvidemos el trasfondo oscuro: justo ese mismo día se clausuraba un desmonté masivo para reubicar especies silvestres, un operativo en teoría pensado para salvaguardar a estas criaturas… pero algo salió mal. ¿Fueron negligentes? ¿No coordinaron rutas de paso? ¿O simplemente se limitan a pintar pancartas sobre “compromiso con la fauna” mientras dejan que un venado pague con su vida?

La Secretaría de Seguridad Ciudadana de Playa del Carmen dice que “reitera su compromiso con la protección de la fauna silvestre”… pero las palabras se las lleva el viento cuando no hay acciones contundentes. Exigimos nombres, fechas y cifras: ¿quién sancionará al hotel y a su empleado irresponsable? ¿En qué se concretará el seguimiento de este atropello? ¿Cuánto costará en multas y trabajos comunitarios la recuperación de ese venado?

Si nuestras instituciones siguen ensalzando comunicados vacíos y escamoteando sanciones, estaremos proclamando a los cuatro vientos que un venado importa menos que un trámite mal hecho. ¡Basta ya de tolerar la impunidad! La fauna no es un accesorio de nuestras ciudades turísticas: es parte esencial de nuestro entorno y de nuestra responsabilidad como sociedad. Exijamos respuestas y castigo real, antes de que otro venado —u otro animal en riesgo— pague el precio de nuestra indiferencia.

Playa del Carmen