Hoteleros de Quintana Roo enfrentan verano incierto: baja conectividad aérea y sargazo complican temporada alta

Redacción / Quintana Roo Ahora

CANCÚN.- A escasas semanas del arranque oficial del verano, el norte de Quintana Roo enfrenta un panorama turísticamente desafiante. La disminución de vuelos hacia la región y el masivo arribo de sargazo están afectando las proyecciones del sector hotelero para una de las temporadas más importantes del año.

Rodrigo de la Peña, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres (AHCPMIM), advirtió que las reservaciones para julio y agosto avanzan con mayor lentitud que en años anteriores. Atribuyó esta situación a la reducción de asientos de avión disponibles, especialmente tras la cancelación de rutas hacia el Aeropuerto Internacional de Tulum, lo que limita la llegada de visitantes a pesar de que la terminal de Cancún mantiene cifras estables.

“La conectividad aérea ha disminuido y, aunque tenemos más cuartos de hotel disponibles, no tenemos el mismo flujo de turistas que en otros años. Eso obliga a buscar nuevas estrategias para mantener la ocupación”, señaló el empresario.

Actualmente, la ocupación hotelera promedia el 70%, con Costa Mujeres como la zona más sólida al registrar un 75%, mientras que Puerto Morelos apenas alcanza entre 63 y 65%. Ante este panorama, seis de cada diez hoteles han optado por ofrecer beneficios adicionales a sus huéspedes —como alimentos incluidos o tours complementarios— en lugar de entrar en una competencia de precios que pueda dañar a largo plazo al destino.

A este complejo escenario se suma el arribo constante de sargazo, particularmente en Puerto Morelos, donde el manejo del alga marina se ha convertido en un problema operativo. La normativa que impide el uso de maquinaria pesada en áreas naturales protegidas obliga a los hoteles a limpiar manualmente, una labor ardua bajo el sol caribeño. “Algunos hoteles están en zonas donde solo se permite trabajar a mano. Ya gestionamos permisos para usar equipos ligeros, pero es un proceso lento”, explicó De la Peña.

Aunque el sargazo no ha provocado una caída drástica en las reservaciones, sí afecta la experiencia del visitante. Muchos turistas optan por permanecer en las albercas de los complejos en lugar de disfrutar de las playas, debido al mal olor y al aspecto del alga, lo cual repercute en la percepción general del destino.

Para mitigar el impacto, la AHCPMIM trabaja de la mano con autoridades municipales y estatales en diversos proyectos de infraestructura, financiados con recursos del Derecho de Saneamiento Ambiental. Entre los planes prioritarios están la rehabilitación de vialidades en Puerto Morelos, mejoras portuarias en Isla Mujeres y la modernización de atractivos como la Tortugranja. En Cancún, aunque aún no se concretan reuniones con el gobierno municipal, el sector se mantiene optimista frente a las posibilidades de colaboración.

La industria turística de Quintana Roo entra así a la temporada alta con la vista puesta en dos frentes: contener los efectos de la naturaleza y adaptarse a los vaivenes de la conectividad aérea, en una región donde el turismo no solo es actividad económica, sino también identidad y sustento.