Redacción / Quintana Roo Ahora
Quintana Roo.– A través de un conmovedor y contundente mensaje, un policía activo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana con tres décadas de servicio alzó la voz para denunciar las condiciones laborales y la falta de un sistema de retiro digno para los elementos en la entidad.
Con 51 años de edad y 30 patrullando calles bajo el sol, la lluvia y el peligro constante, el oficial –cuya identidad se mantiene reservada por razones de seguridad– compartió su sentir a nombre de miles de compañeros que enfrentan la misma realidad: continuar en servicio hasta que el cuerpo no resista más.
“No estoy pidiendo una medalla ni un homenaje. Solo exijo algo tan básico como un retiro digno”, expresó en su mensaje público.
El elemento recordó con tristeza el reciente fallecimiento de Rafael Gamboa, otro agente de la corporación que murió tras una vida entera en servicio, sin haber disfrutado un solo día de descanso tras su carrera policial.
“¿Eso es lo que nos espera a todos? ¿Morir con el uniforme puesto, no por honor, sino porque la ley nos condenó a no retirarnos jamás?”, cuestionó con indignación.
La denuncia no es aislada. Desde hace años, policías estatales han manifestado su inconformidad con el marco legal que no contempla esquemas adecuados de jubilación para quienes han dedicado su vida a la seguridad pública. Muchos se ven obligados a continuar en activo aún con problemas de salud, lesiones crónicas y agotamiento físico y emocional.
“Estoy inconforme. Estoy cansado. Estoy indignado. Y no hablo solo por mí, sino por miles de policías que enfrentan la misma injusticia”, puntualizó el agente.
El mensaje ha generado eco entre otros elementos y ciudadanos que reconocen el abandono en que se encuentran quienes deberían estar protegidos por el Estado. Mientras el gobierno invierte en patrullas, uniformes y armamento, los policías denuncian que se ignora lo más importante: su derecho a una vida digna después del servicio.
El oficial cerró su declaración con una frase que hoy resuena en los pasillos de la corporación y en redes sociales:
“No quiero ser el próximo Rafael Gamboa. Los policías también merecemos vivir, no solo servir.”
La exigencia está hecha. Ahora le toca al gobierno escuchar.