“Cabeza en el morral”: el asesino de Coatepec ya había sido detenido en Tulum y Playa del Carmen

Redacción / Quintana Roo Ahora

Veracruz.- Lo que parecía una historia aislada de horror en Veracruz ha tomado un giro aún más inquietante: Jared André, el hombre que caminó ensangrentado por las calles de Coatepec con una cabeza humana en un morral, tenía antecedentes criminales en Quintana Roo, donde fue detenido dos veces este mismo año… y puesto en libertad.

El sábado 12 de julio, vecinos de Coatepec quedaron paralizados al ver a un sujeto cubierto de sangre con una bolsa colgando del hombro. Al interior, la cabeza de Manuel “N”, un hombre de 65 años, presuntamente asesinado y decapitado en un acto de venganza. Jared, de 32 años, confesó sin titubeos: “Me violó… se lo merecía”.

Según su versión, el crimen fue una revancha por un abuso sexual ocurrido un año antes, cuando la víctima supuestamente lo drogó durante una reunión. “Me puso algo en la bebida y me dejó lleno de lesiones”, declaró fríamente ante la policía.

Sin embargo, lo que más ha alarmado a la opinión pública es que Jared no era un ciudadano común sin antecedentes. Fue arrestado en febrero en Tulum con 22 bolsas de marihuana y en marzo en Playa del Carmen, junto a una mujer, portando 271 dosis de presunta droga, un arma y cartuchos útiles. Ambos casos fueron turnados a la Fiscalía correspondiente… y ambos terminaron en liberación.

Hoy, Jared se encuentra detenido en Veracruz por uno de los crímenes más brutales del año, mientras crecen los cuestionamientos hacia el sistema judicial que lo dejó libre en al menos dos ocasiones.

Las autoridades aún no definen si se trató de un acto de venganza individual, un brote psicótico o incluso un mensaje del crimen organizado, dado su historial con el narcomenudeo. Lo único claro es que la impunidad viaja de estado en estado con total libertad.

Este caso ya no solo habla de una cabeza en una bolsa. Habla del fracaso de un país en detener a tiempo a los violentos, del olvido institucional ante las señales de alerta, y de una ciudadanía que ya no cree en la justicia… porque siempre llega después de la tragedia.

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