Redacción / Quintana Roo Ahora
CDMX.- Julio César Chávez Jr., el mismo que alguna vez fue vitoreado en arenas por medio mundo, hoy enfrenta una de las acusaciones más oscuras y perturbadoras de su carrera: haber sido, presuntamente, un “esbirro” al servicio del Cártel de Sinaloa. Así lo revela una investigación de la Fiscalía General de la República (FGR).
Según los documentos judiciales, el excampeón mundial de boxeo habría prestado no sólo su nombre sino también sus puños a Néstor Ernesto Pérez Salas, alias el Nini, líder del brazo armado del cártel, para ejercer castigos brutales a miembros indisciplinados del grupo criminal. Una escena digna de un thriller narco: en una llamada interceptada por la FGR entre diciembre de 2021 y junio de 2022, se relata cómo Chávez Jr. fue instruido para golpear a un subordinado “como costal de boxeo”, luego de ser amarrado y colgado por órdenes del capo.
No se trata de rumores. Las pruebas incluyen intercepciones telefónicas, registros migratorios y denuncias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) de EE.UU., quienes desde 2019 lo tenían en la mira por vínculos con tráfico de armas.
Chávez Jr., hoy con 39 años, fue detenido la semana pasada en Estados Unidos. Su arresto responde tanto a su presunta conexión con el crimen organizado como a su estatus migratorio irregular. Ingresó legalmente al país en agosto de 2023 con una visa que venció en febrero de este año. Después intentó obtener la residencia permanente argumentando estar casado con una ciudadana estadounidense, quien, según la investigación, mantiene lazos con el Cártel de Sinaloa, tras una relación con un hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Las autoridades ya lo habían clasificado en diciembre de 2024 como “una amenaza grave para la seguridad pública”, pero por alguna razón que aún no se esclarece, no lo arrestaron entonces. No fue sino hasta que cometió “múltiples declaraciones fraudulentas” en su solicitud migratoria que se activó el proceso de deportación.
La detención se da apenas unos días después de que Chávez Jr. sufriera una humillante derrota en el cuadrilátero ante el influencer Jake Paul. Esta vez, sin embargo, no fue un nocaut deportivo el que lo derribó, sino el peso de un expediente judicial que lo retrata como una pieza más —trágica y utilitaria— del engranaje narco que tanto daño ha hecho al país.
Su padre, la leyenda Julio César Chávez, ha declarado estar “preocupado, pero confiado” en su hijo. El pueblo mexicano, en cambio, observa con incredulidad cómo uno de sus ídolos más contradictorios podría estar firmando el último round de una carrera marcada por los excesos, los escándalos y ahora, el crimen.
¿Y tú qué opinas? ¿Víctima, verdugo o las dos cosas?