Netanyahu admite “error” en ataque a iglesia católica en Gaza

Redacción / Quintana Roo Ahora

ISRAEL.- La cruz del único templo católico en Gaza cuelga ahora sobre una pared destruida. Las piedras que antes sostenían oraciones, hoy sostienen los escombros del horror. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció públicamente que el ataque a la iglesia de la Sagrada Familia, ubicada en la Ciudad de Gaza, fue un «error». La admisión se dio durante una llamada con el expresidente estadounidense Donald Trump, informó la Casa Blanca.

«Israel lamenta profundamente que un disparo fortuito alcanzara la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza. Cada vida inocente perdida es una tragedia», se lee en el comunicado emitido por la oficina del mandatario israelí tras el incidente. El Ejército, por su parte, también expresó su pesar y reconoció los daños causados.

El ataque dejó un saldo de dos personas muertas, de acuerdo con el Patriarcado Latino de Jerusalén, aunque el Ministerio de Sanidad de Gaza había reportado cuatro. Entre los heridos se encuentra el párroco argentino Gabriel Romanelli, quien fue durante meses una voz de resistencia espiritual y acompañamiento en medio de los estruendos de la guerra. Hasta su fallecimiento en abril, el papa Francisco le llamaba todos los días. Esta iglesia no era solo un lugar de culto, sino un refugio para más de 600 personas desplazadas, en su mayoría niños.

Las reacciones internacionales no tardaron en alzarse. El papa León XIV expresó su «profunda tristeza» por el ataque, mientras que el presidente francés Emmanuel Macron condenó «firmemente» el bombardeo, calificando de “infierno” la situación en Gaza. En un gesto poco común, Macron llamó directamente al cardenal Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, para manifestarle su solidaridad.

“Los ataques a los lugares de culto son inaceptables”, subrayó Antonio Guterres, secretario general de la ONU, recordando que dichos espacios están protegidos por el derecho internacional humanitario. “Las personas que buscan refugio deben ser respetadas y protegidas, no bombardeadas”, agregó con firmeza.

Desde Madrid, el Gobierno de España también elevó su voz, exigiendo el cese inmediato de las hostilidades y recordando que los templos religiosos son, por ley internacional, espacios inviolables. «Atacar un lugar sagrado que alberga a unas 600 personas desplazadas, en su mayoría niños, es una violación flagrante de la dignidad humana», sentenció el Patriarcado Latino.

En medio de las ruinas y del eco internacional, queda en pie una pregunta urgente: ¿cuántas veces más se tolerará que la guerra llegue hasta los altares? En Gaza, las bombas no distinguen entre combatientes y creyentes, entre trincheras y templos. Y eso, como lo han dicho líderes religiosos y políticos por igual, es sencillamente inadmisible.