Redacción / Quintana Roo Ahora
Washington, D.C. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes la postergación por 90 días de la entrada en vigor de nuevos aranceles adicionales contra México, luego de una conversación telefónica sostenida con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum.
Durante este periodo de pausa temporal, se mantendrán vigentes los aranceles ya existentes, incluyendo un 25 % sobre automóviles y productos relacionados con el fentanilo, así como un 50 % sobre acero, aluminio y cobre provenientes de México. La decisión representa un freno momentáneo en la escalada de tensiones comerciales entre ambos países.
“Negociar con México no es fácil”, declaró Trump en conferencia de prensa, señalando que las “complejidades de la frontera” y la lucha contra el narcotráfico hacen que las conversaciones sean especialmente difíciles. No obstante, justificó la prórroga como una medida estratégica mientras continúan las discusiones bilaterales.
Los aranceles anunciados recientemente por la Casa Blanca —que podrían alcanzar hasta el 50 % para varios productos— habían causado preocupación tanto en México como en sectores industriales estadounidenses. La medida fue interpretada como un intento de presión para obtener mayor colaboración en temas como la seguridad fronteriza y el combate al tráfico de drogas, especialmente de fentanilo.
Expertos en comercio internacional advierten que esta incertidumbre ha comenzado a afectar las inversiones en la zona fronteriza, frenando proyectos industriales y creando un ambiente de desconfianza entre empresas de ambos países. La pausa de 90 días, ya utilizada en el pasado por Trump como táctica de negociación, busca abrir espacio a acuerdos más favorables para Estados Unidos.
Mientras tanto, el gobierno de Claudia Sheinbaum logra ganar tiempo y evitar una embestida arancelaria inmediata, aunque el costo político y económico no se disipa: México deberá equilibrar sus compromisos comerciales con las exigencias estadounidenses sin perder autonomía en temas sensibles como la política migratoria y de seguridad.
El plazo vence en tres meses, y con ello podría llegar una nueva ronda de presiones, sanciones o renegociaciones. Por ahora, el escenario es de tensa calma.