¡Vaya joya nos salió el Tránsito Municipal de Cancún! Porque si ya es un suplicio lidiar con sus operativos “de rutina”, ahora resulta que también tenemos que aplaudirles su nueva modalidad: el pase VIP para prófugos de la justicia, cortesía del soborno en efectivo.
La madrugada del domingo, un conductor alegre y probablemente bien “hidratado” con alcohol, estampó su Kia K3 en Paseos Nicté. La Policía Municipal lo detuvo y todo parecía ir por el camino legal: traslado con peritos, procedimiento administrativo… pero no contábamos con el comodín de la casa, el excoordinador de peritos Luis Iván Cortés, alias “El Cejas”.
Este personaje decidió que lo importante no era la seguridad ciudadana ni la justicia, sino el monto del soborno. Y ahí, como si se tratara de un cajero automático, liberó al conductor, ignorando olímpicamente que el sujeto tenía una orden de aprehensión vigente en su contra. Pero claro, ¿qué importa la ley cuando hay billetes de por medio?
Lo irónico (y vergonzoso) es que la omisión no solo tapó el delito, sino que exhibió de cuerpo entero la podredumbre en la Dirección de Tránsito Municipal: mandos que deberían hacer cumplir la ley, en realidad están vendiendo la impunidad al mejor postor. Y luego se preguntan por qué la ciudadanía no confía en las instituciones…
El nuevo secretario de Seguridad Pública y Tránsito, Jaime Padilla, salió a decir que no se tolerarán estos actos y que destituyeron de inmediato a “El Cejas”. ¡Bravo! Aplausos de pie… porque hasta que el escándalo explotó, decidieron removerlo, como si no supieran de sus “negocios extras”. ¿Cuántas más habrá hecho antes de que lo pescaran?
La conclusión es simple: mientras en Cancún te pueden infraccionar por no traer el cinturón, los prófugos con efectivo viajan cómodos y libres gracias al “club de beneficios” de Tránsito Municipal. Porque aquí, la justicia no se mide en leyes, se mide en fajos de billetes.