Más espacios verdes y menos concreto

Paso En Falso

En Cancún, el termómetro ya no sólo marca grados, sino que mide el grado de descuido con el que hemos tratado nuestro entorno. El calor se vuelve insoportable y la sombra escasea como si fuera un lujo, mientras las autoridades insisten en cubrir cada espacio disponible con planchas de cemento, ignorando que lo que necesitamos son pulmones verdes, no más superficies que absorban y amplifiquen el calor. El más reciente reporte del “Monitor de Sequía de México” de la Conagua es una alarma que suena fuerte: 9 de los 11 municipios de Quintana Roo, incluido Benito Juárez, están en sequía moderada (D1), es decir, el 81.8% del estado sufre ya la falta de agua. Y aunque aún no hablamos de una crisis irreversible, el cambio respecto al año pasado es brutal: en 2024, no había ni un solo municipio con escasez.

Esta sequía no es un fenómeno aislado. Es la consecuencia directa de decisiones urbanísticas que privilegian el concreto sobre la tierra, la plaza dura sobre el parque, el estacionamiento sobre la arboleda. De acuerdo con el mismo informe, el 24.7% del territorio estatal tiene sequía moderada y el 27.6% está “anormalmente seco”. Esto significa que más de la mitad de Quintana Roo vive bajo condiciones que comprometen cultivos, fauna, disponibilidad de agua y aumentan el riesgo de incendios forestales. El cemento no refresca, no filtra el agua, no alimenta acuíferos; en cambio, exacerba el calor urbano y sella el suelo, impidiendo que la lluvia se infiltre.

Mientras tanto, en la narrativa oficial, pareciera que el desarrollo sigue sinónimo de más centros comerciales, vialidades ampliadas y megaproyectos turísticos, como si el progreso fuera incompatible con la naturaleza. Pero la evidencia contradice ese modelo: ciudades más verdes no solo son más habitables, sino que mitigan los efectos del cambio climático, mejoran la salud y garantizan un futuro más resiliente. Apostar por parques, corredores ecológicos, techos y muros verdes, y reforestación urbana no es un lujo ambientalista: es una inversión urgente para nuestra supervivencia.

Quintana Roo está entre los tres estados más afectados por la sequía en México, junto con Sonora y Baja California. Ese dato debería estar encabezando cada agenda de gobierno y cada plan de desarrollo urbano. Seguir expandiendo planchas de concreto en una región que vive del turismo de naturaleza y donde el agua es el corazón de la economía es una contradicción peligrosa. Si no dejamos de pensar en metros cuadrados de cemento y empezamos a pensar en metros cuadrados de sombra y vida, lo que perderemos no será solo confort térmico, sino el equilibrio ambiental que nos sostiene. Y cuando eso pase, ni todo el concreto del mundo podrá tapar el agujero que habremos cavado.