Redacción / Quintana Roo Ahora
Isla Mujeres.- Hay destinos que conquistan por sus playas, otros por su historia, pero Isla Mujeres logra un balance perfecto entre ambos: un lugar donde la cultura se mezcla con la naturaleza y donde cada rincón parece diseñado para la cámara.
La presidenta municipal, Atenea Gómez Ricalde, lo sabe bien y ha convertido la promoción de los paradores turísticos en una estrategia integral que no solo atrae visitantes, sino que también genera prosperidad compartida para las familias isleñas.
Paradores que marcan la ruta
Entre las paradas obligadas para quienes visitan la isla destacan:
- Parador del Tiburón Ballena, quizá el sitio más fotografiado, donde los viajeros encuentran la postal perfecta para sus redes sociales. https://maps.app.goo.gl/8MDgVuYBsNr4pAjq7
- Malecón Caribe, un paseo que combina el azul intenso del mar con 25 esculturas marinas y la monumental figura de la Mujer Isleña. https://maps.app.goo.gl/9e5FK6h3fyQM8Z6t9
- Parque Escultórico de Punta Sur, que se renueva con 17 nuevas obras y se confirma como un museo al aire libre frente al acantilado más oriental de México. https://maps.app.goo.gl/yPbqHpGHwqDh9yQ49
- Acceso a Playa Norte, rescatado dentro del programa municipal de bocaplayas, que hoy permite disfrutar de una de las playas más bellas del mundo con acceso libre y ordenado. https://maps.app.goo.gl/pnE5afVVvyV1dCgBA
Un destino que se reinventa
Cada uno de estos espacios se mantiene en constante limpieza y renovación. No es casualidad: forman parte de la esencia de un Pueblo Mágico pintoresco y único, que entiende el valor de su patrimonio cultural y natural, y lo pone al servicio de quienes llegan en busca de experiencias auténticas.
En la era de la fotografía instantánea y los viajes que se cuentan en redes, los paradores isleños son más que simples atractivos: son escenarios virales que recorren el mundo a través de imágenes compartidas, invitando a más viajeros a descubrirlos en persona.
Isla Mujeres reafirma así su lugar como un destino turístico de clase mundial, donde la magia está en cada esquina y donde la prosperidad local se construye con cada clic que un visitante comparte.