Paso En Falso
En la política mexicana, los rumores vuelan más rápido que las balas, y Cancún no es la excepción. Ana Paty Peralta, presidenta municipal de Benito Juárez, amaneció esta semana con una acusación de esas que pesan como plomo: presuntos vínculos con el grupo criminal “La Barredora”. El señalamiento no vino de un anónimo en redes sociales, sino de la pluma de Lourdes Mendoza, columnista de El Financiero, quien la colocó bajo la lupa junto con otros políticos. La respuesta de Peralta fue casi automática: “extraño” y claramente parte del golpeteo político, aseguró, tratando de sacudirse un golpe que, de repetirse, puede dejar marca.
La columna de Mendoza pinta un mural sugestivo: la alcaldesa como nuera de Lucio Lastra Escudero, ligado en sus tiempos a Roberto Madrazo; su esposo, Lucio Lastra Abreu, como socio de Ricardo Pacheco Trujillo, uno de los amigos más cercanos de Andy López Beltrán. De ahí se teje la trama: un departamento de 25 millones en Cancún que supuestamente estaría a nombre de Pacheco, un círculo de amistades que huele más a telenovela de poder que a transparencia política. El guión está servido: conexiones, dinero, y el eterno fantasma del “hijo incómodo”.
Lo que más inquieta es cómo este relato busca construir desde ahora la narrativa rumbo a 2027: la supuesta candidatura de Ana Paty a la gubernatura de Quintana Roo impulsada por “Andy” López Beltrán y sus socios. Sin pruebas, claro, pero con la contundencia de lo que se publica en un medio nacional. Porque si algo sabemos en México es que una columna, aun sin evidencia, puede ser suficiente para prender la mecha en la opinión pública. El problema no es sólo la alcaldesa, sino lo que representa: la idea de que Cancún es terreno fértil para la siembra de intereses oscuros, donde la política y el crimen organizado se entrelazan como amantes imposibles.
Y aquí el detalle que no se debe perder de vista: toda esta narrativa viene de Lourdes Mendoza, periodista conocida por su abierto rechazo a la 4T. Hasta ahora no ha mostrado pruebas que respalden lo que escribió, sólo su palabra. Así que el golpe mediático contra Ana Paty Peralta puede ser apenas eso: un golpe. No más, no menos. Pero ahí lo dejamos.