Hay perfiles que no necesitan estridencia, por qué hablan con resultados

Paso En Falso

En política, los tiempos son tan engañosos como el oleaje del Caribe: lo que parece calma puede ser preludio de tormenta, y lo que muchos dan por decidido apenas comienza a definirse. Hoy, en el entramado de Morena, nadie puede levantar la mano con certeza y proclamarse ganador. Las reglas del juego —las electorales, las partidistas y las de paridad— están diseñadas para que ningún perfil se sienta seguro antes de tiempo. Por eso, en Quintana Roo, más que un escenario cerrado, lo que se observa es un tablero en constante movimiento.

La elección de 2027 tiene una clave determinante: la paridad de género. Serán 17 gubernaturas en disputa y, por ley, nueve deberán ser encabezadas por mujeres. A esto se suma un criterio político: dar prioridad a las candidatas en estados con posibilidades reales de triunfo. En ese mapa, Quintana Roo aparece en la columna de los “virtualmente ganados” para la 4T. Es decir, no solo podría ser una mujer quien encabece la candidatura, sino que es probable que esa mujer tenga, además, el respaldo de las variables nacionales que definirán el reparto final.

Entre los hombres, Rafael Marín emerge con una figura sólida, discreta pero con peso político y cercanía con los proyectos federales que dieron rumbo al sureste. Es un perfil que no necesita estridencia para proyectar confianza y experiencia. Pero si Morena busca mantener la ruta de la paridad con una candidatura femenina en territorio favorable, Atenea Gómez Ricalde aparece como una alternativa natural: con gestión reconocida en Isla Mujeres, cercanía con la ciudadanía y una narrativa política de resultados tangibles, su figura encarna renovación sin ruptura.

Al final, ni los nombres en espectaculares ni las campañas adelantadas definirán la elección. Quintana Roo será, una vez más, escenario de equilibrio entre estrategia y sensibilidad política. Y en ese equilibrio, tanto Rafael Marín como Atenea Gómez Ricalde representan algo que pocos pueden ofrecer hoy en Morena: experiencia sin desgaste, trabajo con resultados y, sobre todo, la capacidad de generar consenso más allá del ruido.