Redacción / Quintana Roo Ahora
Cancún, QR.- La paciencia se agotó en el fraccionamiento Villas Playa Blanca, en la Supermanzana 86 de Puerto Juárez. Vecinos denuncian con enojo e indignación el abandono total por parte de Aguakan, empresa concesionaria del agua y drenaje, que demuestra ser extremadamente eficiente para cobrar, pero absolutamente omisa cuando se trata de cumplir con su obligación más básica: dar mantenimiento al sistema de drenaje sanitario.
Desde hace más de tres meses, aguas negras estancadas permanecen dentro del fraccionamiento, generando olores insoportables, inundaciones constantes y un foco de infección que se agrava cada vez que llueve. “El agua apesta, está completamente estancada y cada lluvia se convierte en un caos”, denuncian los habitantes, quienes advierten un serio riesgo para la salud pública.
El problema no es aislado. Vecinos señalan que los reboses de aguas negras se repiten en gran parte de Cancún, reflejando un patrón de negligencia sistemática por parte de Aguakan. En Villas Playa Blanca, un fraccionamiento con más de 35 años de antigüedad y 130 lotes, de los cuales 94 están habitados, más de 300 personas viven diariamente entre la insalubridad, incluyendo residentes extranjeros que podrían pasar la temporada navideña rodeados de pestilencia y aguas contaminadas.
La molestia creció al confirmarse que desde hace más de tres años no se realiza el mantenimiento preventivo del sistema de drenaje, pese a que anteriormente se llevaba a cabo de manera anual con equipo especializado tipo Vactor. A través de un oficio dirigido al director general de Aguakan, Paul Rangel Merkley, la Asociación de Vecinos expuso la falta de respuesta a múltiples solicitudes formales y verbales para realizar el desazolve del sistema.
Los habitantes incluso detallaron el procedimiento técnico correcto para el desazolve, explicando que debe realizarse desde el tubo principal hacia el cárcamo de la calle Pez Espada y continuar por diversas vialidades del fraccionamiento, para luego efectuar la limpieza en sentido inverso y garantizar el flujo adecuado del drenaje. Ni así hubo respuesta.
El problema se agravó con las obras de la prolongación de la avenida Bonampak, realizadas mediante relleno y no sobre pilotes, afectando el flujo natural del humedal. Posteriormente, durante la instalación del drenaje y agua potable hacia Isla Blanca, bajo la supervisión de Aguakan, los tubos de alivio fueron seccionados y sellados, bloqueando el flujo hidráulico.
Esta negligencia convirtió a la Laguna Manatí en una represa artificial, elevando el nivel freático cerca de un metro, dejando inservibles los pozos de absorción y provocando inundaciones constantes con escurrimientos de aguas negras dentro del fraccionamiento.
Las consecuencias están a la vista: calles inundadas, drenajes colapsados y un riesgo sanitario latente que Aguakan simplemente ignora. Los vecinos acusan que la empresa ha incumplido sus obligaciones legales y contractuales, poniendo en peligro la salud, el medio ambiente y la calidad de vida de la comunidad.
Ante esta situación, los habitantes exigieron acciones inmediatas, entre ellas el desazolve urgente del sistema de drenaje, una revisión técnica completa del sistema hidráulico y un informe que explique el aumento del nivel freático y las medidas correctivas necesarias.
Los oficios fueron presentados desde el 13 de octubre de 2025 al Ayuntamiento de Benito Juárez y a Aguakan, con la firma de Raúl Rojas Cadena y Alfonso Marín Barrera, representantes vecinales. Hasta hoy, la respuesta ha sido la misma: silencio, indiferencia y aguas negras.