Fallece Bacila Tzec Uc, última partera tradicional de Yaxhachén y guardiana de la sabiduría maya

Redacción / Quintana Roo Ahora

Yucatán.- La comunidad de Yaxhachén y todo el municipio de Oxkutzcab se encuentran de luto tras el fallecimiento, la noche de este miércoles, de Bacila Tzec Uc, reconocida como la última partera tradicional de la localidad y una de las figuras más emblemáticas de la medicina ancestral maya. Su muerte marca no solo el final de una vida dedicada al servicio, sino también el cierre de un linaje histórico que durante generaciones sostuvo el nacimiento, la salud y el bienestar de su pueblo.

Doña Bacila fue, durante décadas, un pilar espiritual y comunitario. Sus manos experimentadas recibieron a cientos de niños y niñas, guiaron a madres primerizas y acompañaron en silencio a familias enteras en momentos de vulnerabilidad. Su labor trascendía la técnica: representaba un vínculo vivo entre la tradición y la identidad maya. En sus prácticas, la partería no era solo un oficio, sino un acto de amor y de resistencia cultural.

Conocida por su humildad y su serenidad, Bacila conservaba saberes que no se estudiaban en libros, sino que se heredaban entre generaciones mediante la observación, la escucha y la convivencia con la naturaleza. Con hierbas, rezos y conocimientos transmitidos por sus antepasados, atendió partos, curó enfermedades comunes, dio consejo a mujeres y jóvenes, y sostuvo prácticas que hoy son reconocidas como patrimonio intangible de los pueblos originarios.

Su legado quedó registrado hace apenas unos años en el documental Jats’uts Meyah (“hermosa labor”), dirigido por Amanda Stickland. En esa obra, Bacila compartió reflexiones que ahora se leen como despedida:
“He vivido muchas cosas, algunas tristes, pero también momentos felices en esta tierra… si muero estaré feliz, y si no muero también estaré feliz.”
Esa frase resume la filosofía con la que transitó su vida: un equilibrio profundo entre lo doloroso y lo luminoso, entre lo inevitable y lo sagrado.

Habitantes de Yaxhachén destacan que Bacila no fue solo una partera: también fue consejera comunitaria, sanadora, protectora de las costumbres y guardiana de un conocimiento que dio identidad y cohesión a generaciones. Su presencia representaba un puente entre el tiempo antiguo y el presente, entre la cosmovisión maya y la vida moderna.

La noticia de su partida ha generado una profunda expresión de respeto y gratitud. En su pueblo se encienden velas, se comparten historias y se honran las huellas que dejó en cada familia que tocó con su trabajo. La comunidad reconoce que con su muerte no solo se pierde a una mujer sabia, sino un capítulo entero de la historia viva de la región.

El legado de Bacila Tzec Uc permanecerá en cada niño al que ayudó a nacer, en cada madre que acompañó, en cada práctica que transmitió y en cada vida que protegió con dedicación absoluta. Aunque su luz ya no sea visible, seguirá iluminando a su gente, guiando a futuras generaciones y recordando la fuerza de las mujeres que sostienen la memoria de un pueblo.

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