Redacción / Quintana Roo Ahora
Cancún.– La Dirección de Bienestar Animal vuelve a colocarse en el centro de la polémica. A pocos días del cambio de titular, las instalaciones amanecieron cerradas, los animales bajo resguardo desaparecieron y la dependencia mantiene un silencio que ha encendido la indignación ciudadana. Todo ello, en medio de un presunto brote de moquillo del que no existe registro formal alguno.
El escándalo estalló en redes sociales, donde señalamientos apuntan a que la nueva directora habría ocultado deliberadamente la situación para evitar cuestionamientos en su reciente nombramiento. La funcionaria, quien se presentaba como defensora de mascotas y experta en bienestar animal, parece haber quedado rebasada por la crisis, dejando más dudas que certezas.
La tarde de este jueves, un regidor rompió el hermetismo institucional y reveló información alarmante: no existe un solo documento, ficha o evidencia que sustente la existencia de un protocolo ante el supuesto brote. Tampoco se conoce el número real de animales que estaban bajo resguardo ni su destino.
“Queremos saber dónde están las mascotas, qué hicieron con ellas y por qué no se informó al Ayuntamiento. La ciudadanía merece respuestas claras”, exigió el regidor, exhibiendo el descontrol interno de la dependencia.
La preocupación crece, pues no es la primera vez que Bienestar Animal enfrenta acusaciones de opacidad y negligencia. La desaparición de mascotas bajo custodia del gobierno no puede tomarse a la ligera.
Hoy, lo mínimo que se demanda es una explicación pública, un informe completo y, de comprobarse irregularidades, sanciones ejemplares. Cancún exige claridad, responsabilidad y respeto en un tema que afecta directamente la confianza ciudadana.