
Redacción / Quintana Roo Ahora
México.- Familiares, amigos, feligreses y compañeros del Episcopado Mexicano denuncian que el obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, fue víctima de un secuestro exprés y robo en Morelos.
El prelado, quien cumplió 75 años de edad el año pasado y renunció a la Diócesis por derecho canónico, se encontraba trabajando en la pacificación del estado de Guerrero. En febrero pasado, logró dos pactos que cesaron la violencia en Chilpancingo y la zona de la sierra.
Recientemente se informó de su desaparición, lo que provocó la denuncia del Episcopado. Inicialmente, el titular de la Comisión Estatal de Seguridad Pública de Morelos descartó el secuestro, asegurando que el obispo había ingresado «voluntariamente» a un hotel.
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Sin embargo, la evidencia apunta a lo contrario. El vehículo del obispo fue robado y su tarjeta bancaria fue utilizada horas después de su desaparición. Además, se le administró un coctel de sustancias que incluía cocaína y benzodiazepina, lo que lo mantuvo en cautiverio durante 36 horas.
Ante esta situación, la Conferencia del Episcopado Mexicano ha pedido respeto y evitar especulaciones que puedan entorpecer la investigación. También han agradecido la preocupación por el caso y han informado que el obispo emérito se encuentra en recuperación en un hospital.
Salvador Rangel es un obispo muy querido y respetado en Guerrero y Morelos. Ha sido crítico de los gobiernos de todos los partidos y ha trabajado incansablemente por la paz en la región. Su secuestro y robo son un acto deplorable que ha conmocionado a la comunidad.
Se espera que las autoridades investiguen a fondo este caso y lleven a los responsables ante la justicia.