Redacción / Quintana Roo Ahora
ESTADOS UNIDOS.- Tras meses de investigación, la muerte del reconocido actor Matthew Perry, famoso por su papel en la serie «Friends», ha dado un giro oscuro con la reciente detención de cinco personas, entre ellos su asistente personal y dos médicos. El actor falleció el 28 de octubre del año pasado a los 54 años, y aunque en un principio se manejó la hipótesis de una sobredosis accidental, nuevas pruebas han sacado a la luz un escenario mucho más macabro.
Un plan orquestado para lucrar con la vida de Perry
Según informes de la policía de Los Ángeles, Kenneth Iwamasa, asistente personal de Perry, inyectó al actor ketamina en más de 20 ocasiones en los cuatro días previos a su muerte, a pesar de no contar con ninguna formación médica. Además de Iwamasa, entre los detenidos se encuentran Salvador Plasencia, un médico de urgencias, y Jasveen Sangha, conocida en el entorno delictivo como «la reina de la ketamina». Los investigadores han descubierto mensajes de texto en los que los implicados discuten cómo sacar provecho económico de la adicción de Perry. «¿Cuánto dinero le podemos sacar por la ketamina a este imbécil?», escribió uno de los acusados en un mensaje que ha resultado clave para las autoridades.
Implicaciones legales y nuevas revelaciones
Las pruebas presentadas por la fiscalía indican que los acusados eran conscientes del deterioro de la salud de Perry debido al suministro continuo de ketamina y otros fármacos. A pesar de ello, persistieron en su conducta, movidos únicamente por el interés de obtener ganancias económicas. El fiscal federal Martin Estrada no dudó en calificar sus acciones como un abuso despiadado de la vulnerabilidad del actor: «Estas personas se aprovecharon de los problemas de adicción de Perry para enriquecerse. Al final, los acusados estaban más interesados en lucrarse a costa de él que en preocuparse por su bienestar».
El panorama legal para los acusados es sombrío, enfrentando penas que van desde cinco años hasta cadena perpetua. Este caso, que ha conmocionado a los seguidores de la icónica serie, arroja luz sobre los peligros que aún acechan a las celebridades, especialmente cuando luchan contra demonios internos como las adicciones.
Un legado marcado por la tragedia
Matthew Perry había sido franco sobre sus luchas con el abuso de sustancias a lo largo de su vida, detallando en sus memorias «Amigos, amantes y la gran cosa terrible» cómo la adicción lo persiguió durante gran parte de su carrera. Aunque Perry afirmó haber superado sus problemas, el informe del forense reveló niveles peligrosamente altos de ketamina en su cuerpo, lo que pone en tela de juicio las circunstancias que rodearon su muerte.
Este trágico desenlace no solo saca a la luz la complejidad de la vida personal de Perry, sino también los oscuros intereses de aquellos que, lejos de ayudarlo, lo empujaron hacia un destino fatal.