septiembre 28, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

Lázaro Cárdenas.- En un giro digno de un guion de telenovela, el malagrado alcalde de Lázaro Cárdenas, Emir Bellos, decidió que era el momento perfecto para hacer su propio “escape” en Chiquilá. Mientras sus vecinos estaban ocupados manifestando su frustración por las deplorables condiciones de la carretera —con casi 60 millones de pesos de inversión de la SEOP en el aire—, él dejó su lujosa camioneta estacionada en el muelle y se subió a un chevi para huir del cerco que los habitantes habían montado.

La situación comenzó a intensificarse cuando, como un fiel personaje de un drama, Bellos se encontraba en Holbox, intentando hacer frente a la crisis que atraviesa la isla tras el paso del huracán Helene, y lo que menos esperaba era que el “pitazo” sobre el bloqueo llegara a sus oídos. ¿Acaso pensó que podría esquivar la ira de sus vecinos sin rendir cuentas? ¡Sorpresa!

Los habitantes de Chiquilá, irritados y decididos, comenzaron a cerrar la carretera desde la tarde del jueves, exigiendo respuestas y reparaciones urgentes. Su estrategia de “ni entra ni sale” se volvió un mantra, y para agregar un poco más de drama, retuvieron a una funcionaria municipal como una especie de “ficha de presión” para que alguien, finalmente, escuchara sus quejas.

La pregunta que flota en el aire es: ¿dónde quedó la responsabilidad y el compromiso hacia la comunidad? Mientras Bellos se escabulle en un chevi, los vecinos de Chiquilá se ven obligados a actuar, ya que los discursos vacíos y las promesas incumplidas se han vuelto un pan de cada día.

Quizás sea hora de que el alcalde, en lugar de buscar una salida por la puerta trasera, se enfrente a sus electores y asuma el papel que le corresponde. Pero, por supuesto, eso sería pedirle mucho a alguien que ha demostrado que, cuando las cosas se ponen difíciles, su prioridad es la fuga.

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