Redacción / Quintana Roo Ahora
CDMX.- A días de Halloween, la plataforma MUBI sorprende con el estreno de La Sustancia, una obra visualmente perturbadora de la directora Coralie Fargeat que no se conforma con asustar: nos incomoda hasta la médula al abordar, sin piedad, los estándares de belleza que la sociedad impone a las mujeres. Este film, una fábula de horror grotesca protagonizada por Demi Moore, nos sumerge en una reflexión sobre la tiranía de la juventud y el precio emocional que se paga en su nombre.
La Sustancia sigue a Elisabeth Sparkle (Moore), una exestrella de Hollywood cuya gloria se ha desvanecido, arrastrada por una industria que devora a las mujeres que envejecen. En esta interpretación, Moore no solo actúa, sino que encarna un símbolo desgarrador de esa figura femenina a la que se le ha enseñado a medir su valor según su aspecto físico. En este sentido, la película se convierte en un espejo perturbador de una realidad que ha sido maquillada por años: la invisibilidad que la edad impone a quienes antes fueron objeto de adoración.
Lo que Fargeat presenta aquí no es solo horror físico. La transformación corporal que sufre Sparkle no solo es grotesca en un sentido visual, sino también en el plano psicológico, mostrando los efectos devastadores de la superficialidad y la obsesión por la juventud eterna. A través del body horror, la directora nos desafía a ver cómo nuestras propias inseguridades y obsesiones con la apariencia terminan deformándonos desde dentro, reflejando la idea de que la verdadera monstruosidad no siempre se ve a simple vista.
La elección de Demi Moore en el papel principal es una declaración en sí misma. Una actriz que fue icono de los noventa, Moore sabe lo que significa ser adorada y luego dejada de lado, convirtiendo su interpretación en un retrato que se siente más como confesión que como actuación. Su personaje, Elisabeth, es una advertencia viviente de la autoaniquilación que aguarda a quienes son atrapados en la red de los estándares de belleza, en esa búsqueda insaciable de perfección que impone la cultura de la eterna juventud.
Este estreno no podría ser más oportuno. A diferencia de los clichés típicos de Halloween, La Sustancia nos recuerda que el verdadero terror no siempre viene de monstruos externos, sino de aquellos que creamos al interiorizarlos y cederles el control de nuestra vida y nuestra autoestima. MUBI, al seleccionar esta película para esta temporada, parece hacernos una invitación a mirar más allá del disfraz y reflexionar sobre lo que realmente asusta: el precio que estamos dispuestos a pagar para encajar en un molde que nunca fue creado para nosotros.
Así, mientras algunos se preparan para Halloween con historias de fantasmas y criaturas sobrenaturales, Fargeat nos da una historia aterradoramente humana, un recordatorio de que el horror puede estar mucho más cerca de casa de lo que pensamos. Y que, quizás, sea momento de repensar nuestras propias obsesiones antes de que también consuman lo que somos.