Redacción / Quintana Roo Ahora
CANCÚN.- Como un eco de protesta que sigue latiendo fuerte, la avenida José López Portillo en Cancún volvió a ser el escenario de un bloqueo este viernes. Los habitantes del asentamiento irregular Santa Cecilia se han volcado a las calles, utilizando troncos, piedras y el peso de su indignación para exigir algo tan básico como transitar sin riesgos. La causa de su enojo: el olvido en el que están sumidas sus vialidades, especialmente el acceso principal, cuyo estado pone en juego la seguridad y movilidad de toda la comunidad.
Rodrigo Ramos Eusebio, director de Gobierno municipal, y Pablo Gutiérrez Fernández, secretario general del ayuntamiento, acudieron al lugar, intentando encontrar una salida al bloqueo que ha intensificado el caos en esta transitada vía. Sin embargo, el tema tiene raíces profundas y recientes: apenas ayer, en la Casa Ejidal, autoridades municipales y estatales firmaron un convenio que prometía mejoras en varias colonias irregulares. Entre estas, se mencionaron soluciones para los problemas de vialidad y de energía eléctrica, un tema crucial para estas comunidades que también sufren la intermitencia del servicio.
Pero aquí viene el verdadero giro de la historia: fuentes cercanas revelan que Santa Cecilia no figura en ese acuerdo. Este desaire podría explicar el nuevo bloqueo, pues los residentes de este asentamiento ya habían dejado claro que no aceptarían más promesas incumplidas. La protesta de hoy es, en realidad, la continuación de una jornada de manifestaciones que inició ayer, con un claro mensaje de hartazgo hacia un sistema que les ofrece solo una espera sin fin.
La presión es real, y el bloqueo de hoy es un llamado urgente a las autoridades. La situación exige mucho más que una visita; demanda compromisos efectivos. Santa Cecilia y sus habitantes están gritando con cada piedra en la avenida: Cancún no puede seguir construyéndose ignorando a quienes se quedan en el margen.
