Redacción / Quintana Roo Ahora
México.-En un giro que ni el mejor guionista de Netflix pudo haber previsto, Rodolfo “N”, conocido como «Fofo» Márquez, decidió que 11 años de cárcel eran demasiado mainstream para su estatus de influencer y prefirió arriesgarse a un juicio que podría llevarlo a pasar 48 años tras las rejas. Porque, claro, ¿qué son cuatro décadas en prisión comparadas con mantener intacto el espíritu rebelde de un creador de contenido?
En la sala de juicios orales del penal de Barrientos, «Fofo» mostró que sigue fiel a su marca personal: decisiones cuestionables, pero con estilo. Su defensa, en un movimiento que muchos calificarían como audaz y otros como insensato, rechazó el juicio abreviado que habría reducido significativamente su tiempo en prisión. Porque si algo nos enseñó este personaje en su paso por las redes es que no hay que conformarse con menos cuando puedes tener todo… aunque ese «todo» sea una condena casi perpetua.
Lo que sorprende es que alguien cuya carrera se construyó sobre retos virales y polémicas ahora esté enfrentando el reto más serio de su vida: ser acusado de feminicidio en grado de tentativa. Un «contenido» que, lamentablemente, ni likes ni vistas pueden suavizar. Si es hallado culpable, el próximo “setup” de «Fofo» podría ser una celda, y sus seguidores tendrán que conformarse con imaginar cómo decorará el fondo de sus futuras transmisiones.
Este caso no es solo un recordatorio de que las malas decisiones tienen consecuencias, sino también una reflexión sobre cómo algunos influencers cruzan la línea entre lo controversial y lo ilegal. En un juicio donde el show mediático está garantizado, la gran incógnita es si «Fofo» tendrá el final de película que seguramente imaginó.
Spoiler alert: el algoritmo de la justicia no se puede hackear.