Redacción / Quintana Roo Ahora
QUINTANA ROO.- El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reveló en su más reciente corte al 15 de noviembre cifras que pintan un panorama preocupante para Quintana Roo. Con un total de 42,206 delitos registrados en los primeros diez meses del año, el estado se posiciona como líder indiscutible en actos delictivos dentro de la región, superando ampliamente a sus vecinos Campeche y Yucatán.
En el desglose por categorías, los delitos contra la vida y la integridad corporal, que incluyen homicidios, feminicidios y lesiones, sumaron 5,615 casos. La violencia contra la libertad personal —secuestros, tráfico de menores y otros— registró 1,144 denuncias. Las agresiones de índole sexual, en tanto, alcanzaron 2,238 casos, con actos como abuso y violación simple entre los más comunes.
Uno de los rubros más alarmantes es el de los delitos contra la familia, con 7,226 casos, reflejando una crisis de violencia intrafamiliar y de género. A esto se suman los delitos contra la sociedad, como corrupción de menores y trata de personas, que alcanzaron los 242 reportes. Finalmente, el narcomenudeo y delitos conexos sumaron 8,434 casos, consolidando al estado como un punto crítico en cuestiones de seguridad pública.
El golpe al patrimonio: Quintana Roo lidera en la región
Los delitos contra el patrimonio —que incluyen robo, extorsión y fraude— fueron especialmente graves en Quintana Roo, con 20,307 casos, una cifra muy superior a los 4,580 reportados en Campeche y los apenas 1,190 en Yucatán.
El análisis mensual muestra un promedio constante de más de 2,000 delitos patrimoniales al mes en Quintana Roo, destacando agosto como el más crítico, con 2,177 casos. Por su parte, Campeche y Yucatán registraron cifras notablemente inferiores, con un declive progresivo en los últimos meses del año.
Una alerta ineludible
Estas cifras no solo revelan la magnitud del problema, sino también la disparidad en el contexto de seguridad entre los estados de la Península. Mientras Quintana Roo enfrenta una crisis evidente, Campeche y Yucatán parecen mantener niveles de delincuencia considerablemente menores.
La pregunta inevitable es: ¿qué está fallando en Quintana Roo? ¿Es el turismo internacional un factor que atrae mayor actividad delictiva, o existe una falla estructural en las estrategias de prevención y combate al crimen?
Lo cierto es que estas cifras deben encender las alarmas entre las autoridades y la ciudadanía, exigiendo acciones contundentes para recuperar la tranquilidad en un estado cuya belleza natural no debería opacarse por el miedo y la violencia.
