
Redacción / Quintana Roo Ahora
CANCÚN.- La salud de perros y gatos en Cancún está en riesgo. No solo por los falsos veterinarios que ofrecen servicios en redes sociales, sino por la proliferación de medicamentos clonados que se venden sin regulación en grupos de WhatsApp, tianguis y aplicaciones asiáticas. El problema no es menor: estos fármacos pueden ser simplemente agua, estar caducados o carecer de los principios activos adecuados, poniendo en peligro la vida de las mascotas.
El factor económico juega un papel clave en esta situación. Con consultas veterinarias que oscilan entre los 700 y 800 pesos, muchas personas buscan alternativas más baratas y terminan comprando medicinas a la mitad de su precio real, sin sospechar que podrían estar administrando sustancias inútiles o, peor aún, tóxicas.
Mildred Lezama García, veterinaria especializada, alerta sobre los peligros de este mercado informal. «Son medicinas desparasitantes o vacunas para enfermedades respiratorias y de la piel, que se ofertan en 100 pesos cuando su valor real es de entre 200 y 300 pesos», señala. El riesgo no es solo que no surtan efecto, sino que pueden agravar la condición del animal o incluso provocarle la muerte.
Entre los productos más comunes está la inyección contra las garrapatas, que se vende con una jeringa y una etiqueta improvisada con plumón que dice «garrapaticida». También hay polvos y líquidos que se comercializan en ferreterías, sitios que no deberían manejar este tipo de sustancias. «En muchos casos, no se sabe qué contienen y pueden ser tóxicos», advierte la veterinaria.
El problema no termina ahí. En algunos tianguis de Cancún se han detectado medicamentos originales pero caducados, que son revendidos como si fueran nuevos. A esto se suma el peligro de administrar medicinas humanas a los animales, una práctica común que puede provocar daños irreparables a su salud.
Los expertos insisten en la importancia de acudir con veterinarios certificados y adquirir medicamentos en establecimientos regulados. La economía puede ser un factor determinante, pero ahorrar en la salud de las mascotas podría terminar costando mucho más, incluso su vida.