septiembre 28, 2025

Paso En Falso

El auge crucerista en Quintana Roo pende de un hilo y ese hilo lo sostiene la gobernadora Mara Lezama. La industria de cruceros ya lanzó la advertencia: si el impuesto de 42 dólares por pasajero entra en vigor el 1 de julio, cambiarán sus itinerarios. No es una amenaza menor. Michele Paige, líder de la Asociación de Cruceros Florida-Caribe (FCCA), confía en que Lezama evite el golpe negociando con Claudia Sheinbaum. Es decir, la estabilidad del sector turístico está atada a la capacidad de la gobernadora de convencer a la nueva presidenta.

Este episodio es más que una negociación fiscal: es la prueba de fuego para saber si Lezama sigue gozando del halo protector del gobierno federal. Durante el sexenio de AMLO, la gobernadora navegó con viento a favor gracias a la simpatía presidencial, obteniendo recursos y apoyo político sin mayores obstáculos. Pero con Sheinbaum en el timón, la pregunta es inevitable: ¿seguirá Quintana Roo en la lista de prioridades?

Si Mara Lezama logra frenar el impuesto, demostrará que aún tiene influencia en Palacio Nacional. Pero si fracasa, la industria de cruceros no será la única en tomar nota. Los empresarios turísticos, los inversionistas y hasta su propio partido verán que el blindaje presidencial se está desgastando. Y en la política, la percepción de debilidad es el primer paso hacia la irrelevancia.

Quintana Roo no puede permitirse perder su atractivo como puerto de cruceros, pero más aún, Mara Lezama no puede darse el lujo de perder peso político con la sucesión estatal en el horizonte. De este pulso con Sheinbaum depende su futuro. Porque si su gestión deja de ser garantía de soluciones, entonces su poder empezará a naufragar.

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