Redacción / Quintana Roo Ahora
BIRMANIA.- La tragedia sacude a Birmania. Un potente terremoto de magnitud 7.7 registrado el viernes en el centro del país ha dejado un saldo devastador: al menos 1,644 muertos, más de 3,400 heridos y 139 desaparecidos, según el más reciente balance de la Junta Militar.
Las zonas más afectadas, Sagaing, Mandalay y la capital, Naipidó, se encuentran en estado de emergencia. El Comité Internacional de la Cruz Roja advirtió que la situación sigue siendo crítica a más de 24 horas del sismo, con redes de comunicación colapsadas y un suministro energético intermitente. En un país ya golpeado por la guerra civil tras el golpe de Estado de 2021, el acceso a las zonas más afectadas se ha convertido en un desafío titánico.
Caos y desesperación en las calles
Los testimonios de los sobrevivientes narran escenas de pánico y destrucción. Edificios derrumbados, carreteras fracturadas y hospitales saturados han marcado la jornada de rescate. En Tailandia, el impacto del sismo también se hizo sentir, dejando al menos diez muertos, ocho de ellos en el colapso de un rascacielos en construcción que sepultó a decenas de trabajadores.
Ayuda internacional en camino
En medio del desastre, la comunidad internacional comienza a movilizarse. China ha enviado equipos de rescate especializados, mientras que la Unión Europea ha anunciado una ayuda humanitaria de 2.5 millones de euros para los damnificados. Sin embargo, la magnitud del desastre supera las capacidades locales de respuesta, y la incertidumbre sobre el acceso a la ayuda humanitaria crece en un país gobernado por la Junta Militar.
Las próximas horas serán cruciales para determinar el verdadero alcance de esta catástrofe. Mientras tanto, miles de familias birmanas enfrentan el dolor de la pérdida y la incertidumbre de un futuro marcado por la reconstrucción y la lucha por sobrevivir.
