
Paso En Falso
El ferry se desliza sobre el turquesa del Caribe, dejando atrás el bullicio de Cancún. En menos de 20 minutos, Isla Mujeres recibe a sus visitantes con una brisa más ligera y un ritmo distinto. Mientras los grandes destinos turísticos de Quintana Roo aparecen en la más reciente alerta de viaje del gobierno de Estados Unidos, la isla sigue sin figurar en la lista negra. No es casualidad: aquí, la vida nocturna existe pero sin excesos, y eso, en un mundo donde la seguridad es un activo, se ha convertido en su mejor ventaja.
Los prestadores de servicios turísticos lo tienen claro. No hay impacto negativo para la isla. Aunque en la zona continental del municipio sí se han registrado algunos hechos, ningún destino está exento, la percepción sobre Isla Mujeres es distinta. En temporada alta, la rutina se mantiene: turistas que llegan en catamaranes desde Cancún, disfrutan de la playa, el snorkel y regresan antes del anochecer.
Es un equilibrio curioso. Mientras Cancún, Playa del Carmen y Tulum buscan estrategias para mitigar el impacto de la alerta, Isla Mujeres se mantiene en su propia burbuja. No hay grandes clubes nocturnos ni raves que terminen en caos. Aquí, la tranquilidad sigue siendo su carta de presentación, y ese detalle, en tiempos de incertidumbre, es un valor que pocos destinos pueden ofrecer.
El atractivo de Isla Mujeres radica en ser el respiro, el paréntesis, el refugio del Caribe que, por ahora, se mantiene ajeno a las alertas. Y eso, para muchos, vale más que cualquier fiesta.