
Paso En Falso
Un menor de edad al volante de un volquete, un muerto, varios heridos y un sindicato que juega a la vista gorda. La tragedia en la carretera Puerto Morelos-Playa del Carmen no es un simple accidente: es la consecuencia de una cadena de omisiones que permitieron que un joven de 17 años operara un vehículo de carga sin experiencia ni certificación. Pero la verdadera pregunta es: ¿alguien asumirá responsabilidad o el caso se sumará a la larga lista de impunidad en Quintana Roo?
El primer eslabón de esta negligencia es la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), cuyo líder, Juvenal Reyes Marrufo, deberá explicar cómo es que menores de edad terminan manejando maquinaria pesada. No se trata de un descuido menor, sino de una política permisiva que, de confirmarse, raya en lo criminal. Si se prueba que el sindicato permite estas contrataciones ilegales, estaríamos hablando de una red de corrupción que opera con la venia de las autoridades.
Porque ese es el otro gran responsable: el gobierno, que en este caso, tiene nombre, Imoveqroo que en vez de inspeccionar se dedican a recaudar (extorsionar), un fracaso de institución manoseada para ingresar más dinero a las arcas del gobierno Marista, que no queda claro que ingresen por dentro.
La falta de inspecciones en el transporte de carga, los vacíos regulatorios y la nula supervisión crean el caldo de cultivo perfecto para que empresas y sindicatos hagan lo que les da la gana. ¿Cuántas veces se ha denunciado la operación irregular de estos sindicatos sin que pase nada? La omisión gubernamental es igual de letal que la negligencia sindical. La diferencia es que los funcionarios seguirán en sus cargos, mientras las víctimas ya no tienen voz.
El destino de este caso depende de la presión social. Si la indignación se disipa, si permitimos que todo se reduzca a la detención de un menor y a promesas vacías de regulación, entonces será cuestión de tiempo para que otra historia de impunidad y muerte se escriba en nuestras carreteras.