septiembre 29, 2025

Paso En Falso

Las cifras son optimistas: más de 1.29 millones de turistas, una ocupación hotelera superior al 83% y una derrama económica que podría superar los mil millones de dólares. Todo indica que Quintana Roo vivirá una Semana Santa exitosa, con eventos deportivos y turismo de aventura sumándose a la tradicional oferta de sol y playa.

Pero entre el optimismo oficial y la realidad del destino hay una brecha que se mide en violencia, percepción de inseguridad y el caos provocado, una y otra vez, por quienes creen que la vía pública es su feudo: los taxistas.

Porque si bien la inseguridad sigue siendo el tema incómodo en las mesas de promoción turística, los taxistas ya han demostrado ser una variable de alto riesgo en la ecuación del turismo. ¿Cuánto tardarán esta vez en protagonizar enfrentamientos o atacar la nueva opción que ofrece ADO? ¿Veremos nuevamente turistas varados en el aeropuerto, perseguidos o incluso golpeados?

El año pasado -y los últimos meses- su violencia se hizo viral y puso a prueba la paciencia de visitantes y empresarios. Si el gobierno no logra contenerlos, la imagen del destino sufrirá otro golpe difícil de revertir.

Semana Santa no sólo será un reto logístico, sino una prueba definitiva para medir el impacto de la violencia en la percepción del turismo. Porque más allá de las cifras alegres, la pregunta sigue en el aire: ¿realmente se está consolidando Quintana Roo como un destino confiable, o simplemente es un gigante con pies de arena, que sobrevive pese a su inestabilidad? Un millón de turistas pueden llegar, pero la pregunta clave es: ¿querrán volver?

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