septiembre 29, 2025


Opinión Pública / Redacción Quintana Roo Ahora


Por estos días en Chetumal, hay dos versiones del Día del Maestr@. Una se celebra bajo el sol, en la calle, con pancartas, consignas y cansancio genuino. La otra se vive entre toldos, refrigerios y discursos vacíos, con funcionarios que aplauden sin escuchar y líderes sindicales que desfilan como si representaran algo más que sus propios intereses.

Mientras cientos de maestros marchan por sus derechos, en el parque “Del Maestro” —irónicamente llamado así—, se desarrolla una ceremonia encabezada por la secretaria de Educación, Elda Xix, y el dirigente sindical Arimael Salas Alcocer. La primera, más interesada en la ficción que en los derechos laborales; el segundo, perdido entre el desprecio de la base magisterial y la sombra de otros líderes.

Lo ocurrido es, simplemente, una muestra de lo desconectado que está el discurso oficial de la realidad magisterial. Lo que debió ser una fecha de reconocimiento y unidad se convirtió en una postal de indiferencia. Los verdaderos docentes, los que educan, protestan. Los comisionados y los que ya no pisan un aula, celebran.

Mientras en las calles arde el descontento, los funcionarios advierten, amenazan, ignoran. Pero los docentes ya no tienen miedo. Porque cuando los aplausos son huecos y las palabras no representan, la dignidad se vuelve más fuerte que cualquier línea institucional.

Y este Día del Maestr@, la verdadera lección la están dando quienes luchan, no quienes posan para la foto.

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