Redacción / Quintana Roo Ahora
Cancún.- La indignación estalló entre estudiantes y profesores de la Universidad del Caribe (Unicaribe), luego de que se denunciara el presunto envenenamiento de varios perros comunitarios que vivían dentro del campus, ubicado en la Supermanzana 78 de Cancún. Los canes, que eran alimentados, cuidados y atendidos médicamente por un grupo de voluntarios conformado por alumnos y docentes, fueron encontrados muertos en distintos puntos de la universidad.
Uno de los perritos alcanzó a ser trasladado con vida a una clínica veterinaria, donde se confirmó que había sido envenenado. Murió horas después. El resto fue hallado sin vida dentro del plantel, sin que hasta el momento se haya identificado al o los responsables.
Lo más grave: la universidad guarda silencio. La comunidad universitaria, en especial quienes conformaban la red de cuidado animal, han denunciado la falta de respuestas y exigido una investigación. En redes sociales, una de las estudiantes afectadas fue tajante: “Esto no es un capricho de chamacos. Se trata de una universidad que debería formar con ética, valores y responsabilidad social”.
Las sospechas, según comentarios en redes, apuntan al personal administrativo que se habría manifestado en contra de la presencia de los animales. Los perritos, además, estaban bajo resguardo temporal y esperaban una jornada de esterilización prevista para julio.
En lugar de promover el respeto y la empatía, ¿esta es la lección que se quiere dar en una institución educativa? La comunidad exige justicia. El silencio institucional solo agrava la rabia y el
