
Redacción / Quintana Roo Ahora
¡Ya basta de disfrazar la violencia con excusas! Esto no fue un “desamor”, no fue un “rompimiento difícil”. Fue un intento de asesinato. Jorge Alberto “N” no solo acosó, siguió y amenazó a una mujer durante meses: le arrojó ácido en el rostro con la intención clara de destruirla. ¿Y por qué? Porque ella tuvo el valor de decirle “no”.
La historia es tan aterradora como indignante. Desde noviembre de 2024, este sujeto convirtió la vida de su víctima en un infierno. La acosaba en el trabajo, la perseguía, la amenazaba con hacerle daño a ella y a sus hijos. Y cuando la mujer, temiendo por su vida, huyó a Chiapas, él no paró. Porque no era un hombre despechado: era un agresor decidido a ejercer control con violencia.
Volvió a Cancún y él también. La buscó, mintió, se infiltró en su nuevo empleo y la acosó frente a todos, sin consecuencias inmediatas. El 12 de junio, finalmente, atacó: le lanzó ácido al rostro y a la espalda mientras ella esperaba el transporte. Fue brutal, cobarde y premeditado.
Gracias a una denuncia rápida y a las cámaras de seguridad, Jorge fue detenido y vinculado a proceso por feminicidio en grado de tentativa. Le impusieron prisión preventiva por dos años. Pero eso no borra las cicatrices, no le devuelve la tranquilidad a una mujer que hizo todo por protegerse y aún así terminó marcada para siempre.
¿Dónde estaban las alertas? ¿Cuántas veces más una mujer debe cambiar de trabajo, mudarse de ciudad, esconderse, mientras el agresor camina libre?
Este caso no puede quedar como un número más en las estadísticas. El ácido no solo quema piel: quema vidas, sueños, dignidades. Y detrás de cada ataque como este hay un sistema que falló, una omisión, una normalización del acoso que pone a miles de mujeres en peligro todos los días.
¡Ni una más! Esto no es exageración, no es paranoia: es la realidad cruda de muchas mujeres que viven bajo la sombra del miedo. La sociedad y las autoridades tienen una sola tarea: proteger, prevenir y castigar. Con contundencia. Sin excusas. Sin demora.