Redacción / Quintana Roo Ahora
México.- La administración de Claudia Sheinbaum busca cubrir el déficit de recursos en programas sociales con una estrategia que impactará directamente a los sectores más empobrecidos: un incremento al impuesto aplicado a bebidas azucaradas, principalmente refrescos.
El gobierno justifica la medida bajo el argumento de combatir la obesidad; sin embargo, especialistas en salud pública y nutrición advierten que, sin una política integral de educación alimentaria, el aumento en el precio de estas bebidas no generará mejoras reales en la salud de la población.
Por el contrario, alertan que en comunidades marginadas —donde el refresco se ha convertido en una fuente calórica relevante y, en muchos casos, en la única bebida accesible ante la falta de agua potable— la medida podría deteriorar aún más la economía familiar.
