septiembre 28, 2025

Redacción/Quintana Roo Ahora

CIUDAD DE MÉXICO.- A pesar de los avances en el tratamiento del cáncer, en los próximos 25 años el aumento y el envejecimiento de la población mundial impulsarán la tasa de muertes por este mal en casi un 75 %, hasta los 18,6 millones de fallecidos en 2050, mientras que unas 30,5 millones de personas serán diagnosticadas de cáncer, según un nuevo estudio publicado en la revista médica The Lancet.

Entre 1990 y 2023 se ha registrado un rápido incremento en los casos y muertes por cáncer, incluso con mejoras en los tratamientos y esfuerzos para reducir factores de riesgo. El número de nuevos casos se ha más que duplicado en ese período, alcanzando 18,5 millones en 2023, mientras que las muertes crecieron un 74 %, llegando a 10,4 millones (excluyendo los cánceres de piel no melanoma).

El estudio —basado en datos de 204 países y 47 tipos de cáncer— estima que más de la mitad de los nuevos casos y dos tercios de los fallecimientos se concentrarán en países de ingresos bajos y medios. La mayoría de estos aumentos estarán vinculados al envejecimiento de la población, más que a un aumento de la letalidad de la enfermedad.

Si bien la reducción de la tasa de mortalidad ajustada por edad es “alentadora”, aún es insuficiente para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU, que busca reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles entre 2015 y 2030.

El informe también señala que el 42 % de las muertes por cáncer en 2023 (4,3 millones) estuvieron relacionadas con factores de riesgo modificables. El consumo de tabaco fue el principal en la mayoría de los países, mientras que en las naciones de bajos ingresos destacó la infección por relaciones sexuales de riesgo como causa vinculada al 12,5 % de los casos.

  • En los hombres, el 46 % de las muertes estuvo ligado a riesgos como tabaco, dieta poco saludable, alcohol y exposición laboral.
  • En las mujeres, el 36 % estuvo asociado principalmente con tabaco, relaciones sexuales inseguras, dieta deficiente, obesidad y niveles elevados de azúcar en sangre.

Los investigadores concluyen que, dado que 4 de cada 10 muertes por cáncer podrían prevenirse, existen enormes oportunidades para reducir riesgos, fortalecer el diagnóstico temprano y mejorar los tratamientos de forma más precisa y accesible.

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