
Redacción / Quintana Roo Ahora
Tijuana.– Lo que debía ser un día normal de clases en la primaria Lázaro Cárdenas, en la colonia del mismo nombre en Tijuana, terminó en angustia para decenas de familias, luego de que al menos 40 estudiantes resultaran intoxicados presuntamente por consumir alimentos del programa estatal “Pancita llena, corazón contento”, impulsado por la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.
De acuerdo con el reporte preliminar del Cuerpo de Bomberos, los menores, de entre 6 y 12 años, comenzaron a presentar síntomas de vómito, náusea, dolor de cabeza y somnolencia después de ingerir tinga de pollo en el comedor escolar. El hecho desató la rápida movilización de cuerpos de emergencia y padres de familia.
Al sitio acudieron paramédicos de la Cruz Roja y elementos de Bomberos, quienes instalaron un área improvisada para la atención médica. En videos difundidos en redes sociales se observa a los niños sentados en sillas de plástico azules mientras recibían estabilización, en medio de la preocupación de madres y padres que exigían explicaciones.
“Los niños dicen que se intoxicaron con pollo proporcionado por el gobierno, imagínese, que ellos se hagan responsables, no se vale, que pongan la cara. Esa comida la mandó la empresa y la paga el gobierno”, expresó indignada una mujer que acudió al plantel en busca de su nieto.
La situación generó molestia e incertidumbre entre los familiares, quienes exigieron a las autoridades educativas y de salud asumir responsabilidades y garantizar que un hecho similar no vuelva a repetirse. Hasta el cierre de esta nota, ninguna autoridad estatal había emitido un pronunciamiento oficial sobre el estado de salud de los menores ni sobre las posibles causas de la intoxicación.
El caso pone bajo la lupa al programa “Pancita llena, corazón contento”, que busca garantizar la alimentación de estudiantes de nivel básico en Baja California, pero que ahora enfrenta un fuerte cuestionamiento social tras este incidente en Tijuana.