Redacción / Quintana Roo Ahora
¡Otra vez Aguakán haciendo de las suyas! La empresa concesionaria del agua potable en Quintana Roo no sólo perdió el amparo que intentó contra la revocación de su concesión, sino que ahora, como si fuera dueña del estado, decidió impugnar la sentencia para mantenerse más tiempo operando un servicio que millones de quintanarroenses consideran deficiente y abusivo.
Este lunes 12 de mayo, el Juzgado Octavo de Distrito informó que Aguakán presentó un recurso de revisión contra la sentencia de abril, en la que había perdido el juicio de amparo. ¿Qué significa esto? Que el pleito legal se va a segunda instancia y que el servicio, para desgracia de muchos usuarios, seguirá bajo el control de la empresa gracias a una suspensión definitiva obtenida desde enero de 2024.
Mientras tanto, la justicia camina a paso de tortuga. El caso pasará a un Tribunal Colegiado en Cancún (aún por asignarse), y podrían pasar meses, o incluso años, antes de que haya un fallo definitivo. ¿Y mientras tanto? Aguakán sigue operando como si nada, amparada, blindada y sin rendir cuentas a nadie.
La jugada es clara: estirar el juicio lo más posible para seguir explotando un contrato que fue aprobado hasta 2053 y que la legislatura pasada decidió cancelar sorpresivamente en diciembre de 2023. Pero eso no le importa a Aguakán, que incluso tiene otro juicio atorado en Ciudad de México para buscar que un arbitraje extranjero le resuelva el contrato… ¡como si el agua de los quintanarroenses fuera tema de tribunales franceses!
Es indignante que, pese a que ya perdió un amparo, Aguakán siga usando todos los recursos legales para aferrarse a una concesión que buena parte de la ciudadanía rechaza. Mientras tanto, miles siguen padeciendo cobros excesivos, servicios deficientes y la sensación constante de que aquí, quien menos importa, es el usuario.
