
Paso En Falso
En la política, los sacrificios no son rituales antiguos, son estrategias contemporáneas. En Quintana Roo, el gobierno de Mara Lezama parece haber encontrado a su cordero: el senador Gino Segura. A él le están colocando, uno por uno, los costales de los problemas que brotan en cada municipio, como si fuera el atleta designado para correr con las culpas ajenas. En el ajedrez político rumbo a 2027, el “fogueo” se convirtió en fuego, y el humo ya empieza a nublar el aire que respira el llamado delfín de la gobernadora.
El plan parece claro: mientras la mandataria mantiene su imagen a flote, el senador asume el desgaste. Lo mandan a hablar de transporte, de inseguridad, de medio ambiente, de lo que sea, aunque no le corresponda. Lo exponen, lo prueban, lo miden. Pero el problema es que, en este juego de espejos, Quintana Roo se sigue deteriorando. Y eso es algo que ni la narrativa más cuidada puede ocultar. Porque los discursos se los lleva el viento del Caribe, pero los baches, la violencia y el desencanto se quedan, y pesan.
Paradójicamente, ni siquiera en el terreno que domina —el turismo— Gino Segura puede presumir victorias. Quintana Roo atraviesa una etapa de incertidumbre: los destinos están rebasados en sus capacidades, los servicios colapsan y los turistas cada vez se quejan más de la falta de orden y seguridad. Ser presidente de la Comisión de Turismo en el Senado debería ser una plataforma de liderazgo, pero en este contexto, se está convirtiendo en una vitrina donde se exhiben los fracasos de casa. Y eso, políticamente, es letal.
Mara Lezama parece haber tomado una decisión que los viejos políticos del PRI habrían aplaudido: designar un mártir para proteger al trono. Pero el riesgo es alto. Gino puede terminar siendo no el heredero, sino el escudo roto. La lealtad tiene un precio, y en este caso, ese precio podría ser su propio futuro político. En la selva del poder, el sacrificio siempre fue parte del rito. La diferencia es que, esta vez, la ciudadanía ya no cree en los salvadores, ni en los delfines domesticados.