Adiós a Máximo Witzil Nah: el último guardián de las tradiciones mayas

Felipe Carrillo Puerto.- Este jueves, a los 91 años de edad, falleció el sacerdote maya Máximo Witzil Nah, un hombre que, durante toda su vida, fue un pilar fundamental en la preservación de las tradiciones mayas. Originario de la comunidad de Señor, y miembro de una de las compañías del centro ceremonial de Tixcacalguardia, su partida deja un vacío profundo en la cultura de su pueblo, pero también un legado inigualable.

Máximo Witzil Nah murió alrededor de las tres de la tarde, a causa de una enfermedad que, aunque esperada, no dejó de conmover a su comunidad. Según informó Mauro Yama, escribano maya de la compañía número 4 de Tixcacalguardia, el venerado sacerdote será sepultado antes del mediodía de este viernes. Las ceremonias fúnebres estarán impregnadas de las notas profundas y resonantes de la música maya pax, un sonido que conecta con la historia de resistencia del pueblo maya, ya que surgió durante la feroz Guerra de Castas de 1847.

La vida de Máximo Witzil Nah estuvo marcada por una profunda devoción a sus ancestros y deidades. Perteneció a la misma compañía que comandaron importantes figuras históricas de su pueblo, como el Comandante Marcelino Poot Ek y, posteriormente, Mariano Poot Yam. Actualmente, esa misma compañía está bajo el mando del jerarca Alejandro Poot Yam.

Su rol dentro de la comunidad era esencial: él se encargaba de las ceremonias de ofrenda al «santo gracia» y al ki’ichkelem yúum, ceremonias que, más que rituales, son una conversación con los espíritus y la naturaleza, una conexión viva entre el presente y el pasado. Mauro Yama, quien compartió los últimos días con Witzil Nah, recordó cómo el sacerdote también fue uno de los testigos de los eventos que marcaron la Guerra de Castas, esa épica lucha que reivindicó la dignidad del pueblo maya.

Hoy, Tixcacalguardia despide a un hombre que no solo era un guía espiritual, sino un guardián de la memoria. Aunque su presencia física ya no acompañará a su gente, su espíritu y su sabiduría perdurarán en las voces de aquellos que continúan las tradiciones. La música pax, que marcará su despedida, resonará no solo como un homenaje a él, sino como un eco de la historia de un pueblo que, aunque abatido, nunca fue derrotado.

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